Duazary / Vol. 22 - 2025 / e6435
DOI: https://doi.org/10.21676/2389783X.6435
Duazary / Vol. 22 - 2025 / e6435
DOI: https://doi.org/10.21676/2389783X.6435
Alexander Salazar-Ceballos1, Lídice Álvarez-Miño2
Frente a las actuales tendencias de la educación, los profesores enfrentan nuevos desafíos en los procesos de enseñanza porque los estudiantes pertenecen a una generación distinta que requieren diferentes métodos en el aula, en parte, porque están expuestos a una cantidad de información proveniente de Internet en la que encuentran formatos accesibles desde cualquier lugar, que, si bien en algunos casos aportan información de calidad, en otros, ayudan a desinformar. Ante esta realidad, los profesores deben ajustar los procesos y contenidos educativos en diferentes niveles para lograr progresivamente el desarrollo de las competencias esperadas en los estudiantes para favorecer el proceso de aprendizaje.1
En el ámbito de la educación superior y, en particular, en la educación en salud pública se considera la necesidad de diseñar herramientas lúdicas apropiadas para el acompañamiento del trabajo con las comunidades en las actividades de promoción de la salud y prevención de la enfermedad.2-4 Esta situación representa un desafío para los estudiantes quienes deben comprender los contenidos y transformarlos de manera creativa y accesible para las comunidades.
En este sentido, algunas herramientas se han incorporado en la escena de la educación en salud como las narrativas y los denominados juegos serios. Las narrativas o el arte de contar historias se estructuran bajo el modelo propuesto por Freytag.5 Este modelo cuenta con un arco dramático o un arco narrativo de transformación dividido cinco fases: exposición, acción, clímax, acción descendente y resolución.6 Esta estructura favorece la conexión del espectador. Por otra parte, los llamados juegos serios son estrategias didácticas utilizadas para mejorar el proceso de enseñanza y aprendizaje en diferentes ámbitos: educativo, comunitario y salud mediante la interacción activa de los participantes.7 Por tanto, ambas estrategias pueden utilizarse para contar una buena historia.
Los juegos involucran al estudiante en un proceso que rompe con la estructura tradicional de la clase magistral caracterizada por la transmisión del conocimiento en una sola dirección, del profesor al estudiante; al jugar, generalmente, se plantean un problema que debe resolverse, lo cual promueve el trabajo en equipo, colaborativo y favorece avanzar progresivamente en diferentes niveles de profundización dado que cuentan con el sistema de repetición que permite al discente superar el nivel y para pasar a otro más complejo.7
Para los profesores, el diseño de los juegos debe mantener el equilibrio entre el aprendizaje y el entretenimiento y es necesario considerar los siguientes elementos que estructuran la herramienta lúdica como: la narrativa que acompaña, el tema y las habilidades de inicio, el género del juego, el público objetivo y las habilidades o competencias que se espera desarrollar.8 Para ello, los profesores pueden apoyarse en recursos tecnológicos como el uso de la inteligencia artificial.
A partir de la experiencia del diseño del juego serio sobre un tema prioritario de salud pública, denominado Héroes Contra el Dengue,9 se pudo definir un proceso de diseño de un juego serio que contempla cuatro fases secuenciales:
Al implementar este juego en el aula se observó una transformación del espacio educativo en un entorno agradable, ameno y entretenido sin perder la rigurosidad teórica ya que los estudiantes lograron aplicar la teoría a través de acciones colectivas orientadas a superar el reto del brote de dengue. Esta experiencia significativa invita a más profesores a involucrarse en procesos diferentes y atractivos de enseñanza centrados en las personas, que conviertan las aulas en lugares seguros donde los jóvenes puedan aprender a través del ensayo error, hasta lograr ganar el juego.
1. Universidad Cooperativa de Colombia. Santa Marta, Colombia. Correo: alexander.salazarc@campusucc.edu.co - https://orcid.org/0000-0002-0708-8792
2. Universidad del Magdalena. Santa Marta, Colombia. Correo: lalvarezm@unimagdalena.edu.co - https://orcid.org/0000-0002-1414-9442
Los autores niegan conflictos de interés.