Seres Seris del mar y del desierto… de la conversación a la conservación en Hant comcaac, Sonora, México

Seris beings of the sea and the desert... from conversation to conservation in Hant comcaac, Sonora, Mexico

Catherine Ramos García

Universidad Nacional Autónoma de México, México – Correo: catherinerg@gmail.com
ORCID: https://orcid.org/0000-0003-2685-3549

Cómo citar este artículo: Ramos-García, C. (2024). Seres Seris del mar y del desierto… de la conversación a la conservación en Hant comcaac, Sonora, México. Jangwa Pana, 23(2), 1-21. doi: https://doi.org/10.21676/16574923.5532

Recibido: 09/11/2023
Aceptado: 24/04/2024
Disponible en línea: 22/06/2024

Artículo de investigación/ Research article


Resumen

El pueblo comcaac ubicado en Sonora, en la Costa del Golfo de California, ha convivido con seres del desierto y el mar durante siglos, hasta hace unas décadas vivieron su territorio como nómadas. Esas relaciones se han modificado a través de las transformaciones en la vida de la nación comcaac, ahora más sedentaria y articulada al gobierno mexicano, a redes de pesca y cacería deportiva y a economías informales. Cambian también a medida que diversos actores han entrado a interactuar en el territorio y con la gente comcaac. Hoy en día, científicos y científicas, principalmente de Estados Unidos y México, (aunque no falta una colombiana extraviada), visitan el territorio comcaac para investigar su gente y sus ecosistemas, esta interacción va transformando las formas en las que los seres humanos y no humanos van en-red-ando sus acciones y sus sentires. De la conVerSación, principal forma de interacción entre los seres que habitan el territorio, se pasa a la conSerVación, nueva forma de relacionarse. Ninguna de las dos está exenta de relaciones de poder, pero son ontologías en pugna, que reconfiguran las maneras en las que se es en el mundo.

Palabras clave: conVerSación o conSerVación; relación entre investigación y comunidades locales; multinaturalismo; pueblo comcaac; ciencia ciudadana, para-ecólogos, cosmopolítica.

Abstract

The Comcaac people located in Sonora, on the Gulf of California Coast, have coexisted with beings from the desert and the sea for centuries, until a few decades ago, they lived as nomads in their territory. These relationships have been modified through transformations in the life of the Comcaac nation, now more sedentary and integrated to the Mexican government, fishing, sport hunting networks and informal economies. They also change as diverse actors have begun to interact in the territory and with the Comcaac people. Today, scientists, mainly from the United States and Mexico (although sometimes you might find a lost Colombian), visit the Comcaac territory to research its people and ecosystems, and this interaction is transforming the ways in which humans and non-humans are entangling their actions and feelings. From conVerSation, the main form of interaction between the beings that inhabit the territory, we move on to conSerVation, a new form of relating to each other in nature. Neither of the two is exempt from power relations, but they are ontologies in conflict that reconfigure the ways of being in the world.

Keywords: ConVerSation or ConSerVation; academic/local communities’ relationship; research in local communities; Comcaac people; citizen science, para-ecologists, cosmopolitics.


Introducción

Hilar relatos en el territorio

Esta es una historia tejida en varios tiempos, que hila diferentes tipos de relatos, unos ancestrales, otros contemporáneos, multivocales, de seres de diferentes naturalezas, los relatos son la descripción de los hechos y los relatos cruzados son el tejido de reflexiones que se dan en torno a los relatos. De esta manera, se van develando y entretejiendo interacciones en Hant comcaac, (territorio comcaac) o «Serilandia», como algunas personas de la comunidad y de afuera, le dicen al territorio en el cual los comcaac o seris nómadas caminaban hasta hace aproximadamente 70 años (ver mapa 1, color gris claro) y que hoy se ha reducido a lo que el Gobierno de México les asignó mediante la Resolución presidencial, formando el ejido de Desemboque y su anexo Punta Chueca (ver mapa 1 color negro). El Canal del Infiernillo, que se forma entre el continente y la Isla Tiburón, con gran riqueza pesquera fue decretado de uso exclusivo de la comunidad y su cooperativa pesquera. La Isla Tiburón también fue restituida como «propiedad en bienes comunales», con 120 000 has. (D.O.F. 11/02/1975) (Luque y Robles, 2006, p. 173).

Mapa 1. Mapa del territorio ocupado por el pueblo comcaac. Territorio actual en negro. Territorio de residencia siglos XVII y XVIII (gris oscuro) Territorio visitado siglos XVII y XVIII (gris claro)

Fuente: Bowen (1976)

A través de estos relatos, quiero ir develando las redes de actores presentes en el territorio, en particular las articulaciones que se dan entre investigadores y miembros de la comunidad, relaciones ligadas siempre al territorio, sus ecosistemas y los seres que habitan en él.

Las relaciones entre científicos y comunidad hacen parte de un tejido imbricado en el cual hay otros actores que son seres que habitan también el territorio y tienen agencia en la construcción de este. Para algunos científicos e instituciones, estos no humanos pueden verse como objetos de investigación o conservación, mientras que, para las comunidades, son seres con quienes se comparte el territorio, seres para conservar, para comer, seres a quien invitar a la casa para celebrar su presencia, seres a quien cantarle o escuchar su canto, o seres a quienes se les pide compartir su poder, seres con quien se conVerSa.

Tomaré algunos conceptos, para ayudar a hilar estos relatos. Pálsson (2001), Descola (2012) y Latour (2008) nos permitirán identificar formas particulares de relaciones y ver las redes de actantes problematizando la dicotomía cultura/naturaleza. En occidente, nuestra relación con la naturaleza está basada en la separación entre lo cultural: lo que hace el ser humano y, lo natural, lo que hace la naturaleza sin intervención del ser humano. A partir de la convivencia con comunidades autóctonas y estudiando su ontología, forma de ser-estar en el mundo, una corriente de ciencias sociales (antropología, sociología y filosofía) ha venido planteando la superación de esta dicotomía, afirmando que somos parte de la naturaleza y lo que hacemos, como seres humanos, es naturaleza, actuamos en la naturaleza. Por ejemplo, la perspectiva multinaturalista de Viveiros (2010) nos permite una visión en la que otros seres «son gente como nosotros», como dicen Alfredito López y Cleotilde Morales, quienes me enseñaron que las tortugas conversan y saben el cmiique Iitom (Idioma Comcaac), aunque no hemos aprendido a escucharlas y a hablar con ellas. La Cosmopolítica (Duchesne, 2016; Blaser, 2009a, 2018) nos permitirá ver las relaciones de poder entre los seres de diversas naturalezas y entre diferentes ontologías encontradas. La ecología política nos permitirá ver las relaciones de poder que, a través de la ciencia y la conservación, se van introduciendo a los territorios, relaciones geopolíticas del conocimiento, que aquí se ven incrementadas por la cercanía a la frontera Estados Unidos «tan lejos de dios y tan cerca de Estados Unidos». La Teoría Actor-Red (Latour, 2008) busca descentralizar el protagonismo del ser humano, incluyendo cosas, objetos, animales, plantas, infraestructuras, organizaciones, ensambles de elementos como actantes, elementos que tienen la capacidad de actuar, hacer política y de modificar su realidad al relacionarse con otros actantes, humanos y no humanos; esta perspectiva nos permitirá ir en-red-ando los relatos, sus protagonistas de muy diversas naturalezas y su agencia.

Cada ser tiene un don, o varios; el mar y los seres que habitan en él, el viento, las corrientes, las piedras, los animales, las plantas, el agua, todos son seres que actúan, a quienes se les puede cantar para que se alejen, para que permitan el paso, para que compartan el don, o sólo para compartir el canto.

Materiales y no-metodología

La metodología de esta investigación no es más que un seguir mis huellas por el mundo de la investigación, tal vez muy egocéntrica, cathycéntrica, pero no sabría desde dónde más investigar y escribir, que no sea desde mi propia experiencia. La distancia y la objetividad nunca han sido mis fuertes. Por eso, la investigación se ha hecho desde mi forma de vida, la «etnografía del viaje». Esta no-metodología (Haber, 2011, p. 10) no es algo que pueda replicarse, implica más bien seguir las huellas que los territorios y sus actores van develando.

Pero el seguir las huellas de uno es algo que solo puedo hacerlo corporalmente, dejándome llevar por aquel que, no estando en el mismo espacio-tiempo, recorrió y dejó las huellas. No puedo anticipar mi recorrido, solo puedo proponerme seguirlo (Haber, 2011, p. 10).

Tuve varias estancias en Sonora, en las cuales trabajé con científicos y científicas. La primera vez como becaria de una estación biológica cercana, coordinando el programa de colaboración con la comunidad comcaac; las siguientes, como asistente o apoyo de trabajos de científicos y científicas y un cineasta en la zona, el trabajo se hizo a lo largo de varios años. Este escrito es resultado de la etnografía realizada durante esas temporadas, observación participante y entrevistas y conversaciones con investigadores, investigadoras y con personas del pueblo comcaac que trabajan también en estos temas. Las conversaciones profundizaban en la historia de vida de las personas y su relación con la investigación en este territorio. Con científicos y científicas hablábamos de sus vidas, su llegada a Hant comcaac, sus intereses y metodologías, las personas de la comunidad con quienes trabajaban y su experiencia investigativa. Con las personas de la comunidad conversamos de su vida en Hant comcaac y su acercamiento a la investigación, su relación con científicos y científicas, los proyectos en los que participaba y cómo esto afectaba su vida y su forma de estar en el mundo y en el territorio. Conversamos con personas que investigaban en biología, antropología, arqueología, lingüística y con personas de la comunidad que trabajaban con científicos y científicas, con los grupos tortugueros, de aves y de mamíferos marinos y con el grupo de defensa del territorio. El artículo es una adaptación de uno de los capítulos de mi tesis de doctorado en Antropología de la Universidad del Cauca.

Declaración de aspectos éticos

Al llegar a Punta Chueca, a solicitar el permiso al gobierno tradicional comcaac para realizar la tesis en su territorio, el gobernador salió de una reunión del comité técnico para la cacería a atenderme. Le conté el tema de mi investigación; me dijo, sonriendo, «¿Vas a investigar a los investigadores?», «sí», le contesté. Me pidió hacer un documento a mano contando el tema de la tesis y dejarle una copia, mientras tanto entró de nuevo a la reunión, les comentó en su lengua que yo iba a investigar a los investigadores (Romy, quien me acompañaba, me tradujo), hubo una carcajada general… El gobernador salió diciéndome: «nos alegra mucho que alguien, al fin, investigue a los investigadores y puso el sellito de la gobernación autorizando la investigación (Foto 1)».

Foto 1. Permiso de investigación en Hant comcaac

Fuente: archivo personal Catherine Ramos García

Las conversaciones con las personas de la comunidad fueron impresas, revisadas y editadas por ellas mismas, quienes estuvieron de acuerdo con que usara su contenido en la tesis.

Resultados

Relato 1: La tortuga laud o siete filo

Ilustración 1. Todo era mar (Xepe), Hant Caai le habla a todos los animales del mar para pedirles que le traigan del fondo del mar arena para poder crear la tierra, los otros animales fracasan en su intento, la tortuga es la única que logra el cometido.

Fuente: imagen de la animación La Creación, realizada participativamente con niños y niñas comcaac, en el taller de animación realizado por Nuria, en el marco de la película Quij Cóipaxi Hac dirigida por el mexicano-colombiano Antonio Coello.

Las tortugas tienen un lugar muy especial en la ontología (González y Carro, 2016) comcaac. Hablamos de ontología, como la manera de estar en el mundo, de sentirlo, vivirlo, más allá de sólo «verlo» (cosmovisión) y conocerlo (epistemología). En la historia de origen, fue una tortuga quien ayudó a Hant Caai a traer los granitos de arena (ver Ilustración 1) para poder crear la tierra; cuentan algunas versiones que fue una tortuga prieta (Chelonia mydas) y en otras, una siete filos (Dermochelys coriacea). Hant Caai le habla a todos los animales del mar para pedirles que le traigan del fondo del mar arena para poder crear la tierra, los otros animales fracasan en su intento, la tortuga es la única que logra el cometido.

Para los comcaac, cada animal tiene marcas características de personalidad y sociabilidad, lo que Descola (2012) llamaría animismo. La historia de La Creación nos permite ver algunos ejemplos, tres animales intentaron llegar al fondo del mar por la arena para crear la Tierra. Al Caracol le dio miedo y se escondió en su caparazón, la ballena se durmió antes de llegar al fondo y la tortuga, en cambio, logró llegar a su objetivo, y en una uña trajo tres granitos de arena.

La tortuga siete filos es protagonista también de otra historia comcaac y de un ritual muy importante para ellos,

La tortuga marina laúd o siete filos (Dermochelys coriacea), le reconocen cualidades humanas, pues según la tradición oral, la siete filos comprende el cmiique iitom, la lengua materna comcáac. Cuando aparecía una siete filos cerca de sus pangas, le hablaban y la invitaban a subir, a lo cual ella accedía con gusto. Ya en tierra le brindaban una fiesta de cuatro días: la decoraban con dibujos tradicionales, le cantaban, le bailaban y luego la regresaban al mar. No la comían, debido a su significado cultural. Si alguien transgredía esta norma, le caía la «mala suerte», en forma de enfermedad, miseria, desamor o incluso de la muerte (Luque y Robles, 2006, p. 46).

Hubo un registro de esta fiesta en el siglo XX, fue en 1960 (Foto 2), el antropólogo estadounidense William Neil Smith la describió:

Punta Chueca en 1960. La captura de una gigantesca tortuga laúd del Océano Pacífico (una ocasión muy rara) señaló el retorno del Creador del mundo seri (la tierra fue empujada desde el mar sobre su espalda. Una ceremonia especial de cuatro días devino. Ella fue resguardada en un área especial con sombra. Su cabeza y su espalda fueron pintadas; regalos y oraciones fueron ofrecidas por mujeres y niñas. Durante el día un juego ceremonial de casillas y varas fue jugado desde «donde ella pudiera observar». Por la noche fueron entonados cantos sagrados y hombres y niños ejecutaron bailes de pascola (Smith, 1974 citado en Siete Filos 2015).

Foto 2. Fiesta de la Tortuga en Punta Chueca en 1960

Fuente: imagen y texto tomados del Facebook de siete filos. https://www.facebook.com/SieteFilosLaPelicula/

Luego, en marzo de 1981, se registró otra fiesta de la tortuga siete filos (Felger y Moser, 1985).

Duraron casi 30 años sin realizar una fiesta de la tortuga, porque no se había vuelto a ver en el mar. Los jóvenes nunca habían asistido a una fiesta de la tortuga, la historia y el ritual se convertían entonces en una historia ancestral, que no tenía cabida en el presente, por la ausencia de la tortuga en el Golfo, al menos en las cercanías de Hant comcaac.

En el marco de proyectos desarrollados por una ONG de Estados Unidos llamada Ocean Conservation, cuyo director Tim Dickman, estadounidense, financiaba actividades de conservación de varios grupos de jóvenes de la comunidad, se generaron intercambios entre diferentes comunidades que habitaban el mar, así algunos comcaac fueron a Panamá, a una comunidad que se llama Armila, donde conocieron a los Kuna, y de paso, vieron tortugas siete filos que allí abundaban y llegaban a anidar,

Y allí las vimos. Yo, por primera vez en mi vida, todos los demás de la edad de nosotros también por primera vez en su vida y los viejos ya las habían visto en su juventud, hace 30, 40, 50 años, cuando aún se veían por el Golfo de California (A. Mellado, comunicación personal, mayo de 2017).

Sin embargo, no pudieron invitarlas al avión y llevarlas hasta Sonora para cumplir con la tradición de la fiesta.

Uno de los jóvenes que viajó a Panamá, Alberto Mellado lideraba un grupo de jóvenes que, preocupados por tradiciones perdidas en la comunidad como la construcción de canoas, de arcos y flechas y violines, decidió hacer la fiesta de la tortuga, con una tortuga construida por él mismo (ver foto 3):

Yo quedé tan impactado por el tamaño del animal y por cómo se le canta y cómo se le habla, porque Cleotilde Morales le cantó y le habló a la manera tradicional de nosotros, yo quería como repetir eso que vivimos allá. Hace 30, 40 años que no sucedía por acá, recordé la forma y el tamaño, yo quería hacer una réplica de una tortuga que habíamos visto allá, ya que tenía la forma en la mente, los colores, hice un esqueleto de alambre con alambre de diferentes grosores, hice la cabeza, el cuerpo, las aletas y ya que estaba terminado el esqueleto, lo recubrí con papel periódico como si fuera una piñata, yo nunca había trabajado ni con alambre, ni con piñatas de ningún tipo ni nada, pero era muy natural todo, como si ya supiera cómo la iba a hacer, después de eso la forma quedó de papel, su boca, su cabeza, sus brazos, toda la forma quedó terminada y la cubrí con fibra de vidrio por fuera, con resina y fibra de vidrio para que fuera un poco más sólida aunque fuera hueca en el interior. Ya que estaba terminada la fibra de vidrio, la pintamos del color de una tortuga real, rosa, negro por arriba, con manchas blancas y manchas negras y ya que quedó terminada la llevé a Punta Chueca, ninguno, teníamos plan, ni dinero, pero se le hizo una pequeña ceremonia, y mucha gente ayudó (A. Mellado, comunicación personal, mayo de 2017).

Foto 3. Tortuga Laud construida por Alberto Mellado para la fiesta

Fuente: fotografía de Thor Morales Vera, proporcionada por Alberto Mellado

Así con la colaboración de toda la comunidad, se llevó a cabo la fiesta de la tortuga, que hace décadas no se hacía.

Fue muy importante para la comunidad. La familia Barnett le pintó los colores de fiesta y puso la panga, Jose Luis la llevó a dar una vuelta en panga. Personas como Rigo López (hijo de Cleotilde, quien había cantado en Armila), soñó conversando con la tortuga (A. Mellado, comunicación personal, mayo de 2017).

Uno o dos años después, en marzo del 2011, unos pescadores de la comunidad de Desemboque encontraron una siete filos muerta en su red y la invitaron a subir a su panga (lancha), se organizó entonces una fiesta para la tortuga (ver fotos 4 y 5). Don Saúl Molina fue elegido padrino de la fiesta (generalmente se eligen personas de la comunidad que son líderes), a su vez don Saúl eligió tres madrinas, Carmen Hoeffer, Ana Torres, María Magdalena Montaño, quienes se encargaron de ser las anfitrionas de la fiesta. Cantaron, bailaron, comieron y compartieron durante tres noches y tres días.

Foto 4. La tortuga en su casa tradicional (el tarro tiene ofrendas que le han dado a la tortuga: dulces, hebillas, aretes de fantasía).

Fuente: archivo personal de la autora

Cada ser tiene un don o varios. El canto muchas veces se hace en primera persona, es el animal que canta acerca de su propio ser, lo que para Viveiros (2003) sería perspectivismo.

Foto 5. Danzándole a la tortuga en su casa

Fuente: archivo personal de la autora

Al final de los 4 días de fiesta, al amanecer, se enterró la tortuga con danzas y cantos (ver foto 6).

Foto 6. Enterrando la tortuga al amanecer del 4º día

Fuente: archivo personal de la autora. (Ver video https://youtu.be/r20kzbb54AQ)

Relato 2: La Tortuga Prieta

Otras especies de tortuga, como la Tortuga Prieta, son fuente de alimentación ancestral de los seris, sobre todo de quienes vivían a la orilla del mar. Los mejores cazadores de tortuga eran líderes y los navegantes más reconocidos de los clanes.

Francisco Molina fue el primer gobernador en la pelea entre el hombre blanco contra el indio, Francisco Molina defendía al pueblo por medio de sus guardias. Francisco Molina Robles era un caguamero, un buen pescador, pescaba totoaba y tortugas. No cualquier pescador podía sacar caguama, era más difícil. Se ponen en la proa y desde arriba se arponea y más, porque antes se agarraba con las manos (R. C. Molina, comunicación personal, octubre de 2015).

Viendo su capacidad para capturar tortugas, compradores de pescado, comenzaron a contratar comcaac para que pescaran tortugas y comercializarlas.

Por las alarmas de investigadores estadounidenses sobre una posible extinción de las tortugas en el Golfo de California, se instauró una veda en 1990. Aunque no está explícito1, se dice que el consumo dentro de la comunidad también está prohibido, pero para las fiestas tradicionales es permitido.

Cuando yo crecí, ya estaba en Veda, la puso un biólogo, un biólogo puso esa veda, lo investigó, según estaba en peligro de extinción, Kimo le decían, y era de USA. Por eso los pescadores no les gustan los biólogos, por eso los pescadores se enojan, cuando entran biólogos por acá. El estudiante biólogo está peleando contra la pobreza, un pobre no puede ser biólogo, es la única fuente de trabajo que tenían antes y llegó él y bloqueó todo, era un buen negocio. Los pescadores piensan que van a hacer los mismo con otras especies, con el lenguado, tiburón o la jaiba (R. C. Molina, comunicación personal, octubre de 2015).

En el año 2000, se organizó por parte de investigadores de Arizona un curso, que se llamó «Curso de Paraecología». El concepto de paraecólogos, proviene de parataxónomo, un concepto aplicado en Costa Rica por DH Jazen, en paralelo al concepto de paramédico, «un parataxónomo es un tipo de técnico que conoce y realiza muchas de las funciones de un taxónomo y que se especializa en la parte de campo, más que en la de laboratorio» (Zumbado-Arrieta, 2000). La paraecología, en este caso, era una formación para personas de la comunidad que no tenían la formación académica de ecólogos, pero con el curso iban a obtener herramientas de campo, que les permitieran apoyar el trabajo de científicos y científicas de las ciencias naturales cuando vinieran a investigar en el territorio. Para este primer curso se escogieron unos 10 o 15 jóvenes de ambas comunidades del pueblo comcaac, recibieron clases por parte de científicos occidentales y de ancianos expertos de la comunidad sobre diferentes grupos taxonómicos presentes en el territorio y de importancia cultural (tortugas, plantas, pesquerías). La idea de este curso era formar jóvenes que pudieran apoyar el trabajo de científicos en la zona como asistentes de campo y de esta forma promover esa fuente de empleo (G. Nabhan y L. Monti, comunicación personal, octubre de 2015).

Las personas de la comunidad fueron formadas por científicos de diferentes áreas como Enriqueta Velarde, científica mexicana de la Universidad de Veracruz que trabaja en aves y su relación con las pesquerías; Luis Bourillon y Jorge Torre, expertos en pesquerías que trabajan con COBI, Conservación y Biodiversidad, una ONG mexicana que es la autoridad en manejo comunitario de pesquerías en todo México; Jeff Seminoff, experto en tortugas marinas, entre otros. También enseñando, participaron miembros del Consejo de Ancianos de la Comunidad, Guadalupe López Blanco, Efraín Estrella, María Luisa Astorga y otras personas ancianas. Se formaron en lo «tradicional o ancestral» y lo «científico» para que, quienes fueran Paraecólogos pudieran articular ambos tipos de conocimiento (G. Nabhan y L. Monti, comunicación personal, octubre de 2015).

Cuentan tanto científicos como algunos estudiantes que al ir a trabajar acerca de las tortugas con Jeff Seminoff, José Juan Moreno Días y Guadalupe López Blanco como docentes, Guadalupe entonó un canto para las tortugas y ellas se acercaron a la embarcación. Esto, cuentan los investigadores, cambió su perspectiva de los conocimientos comcaac sobre los seres del mar y tejió lazos entre ambas ontologías, formas de estar en el mundo, que sin embargo siguen en conflicto.

Meses después estuvimos involucrados en un proyecto para capacitar jóvenes Seri como paraecólogos, en donde se impartía conocimiento combinado, el tradicional por parte del Consejo de Ancianos y el tradicional occidental por investigadores que daban información científica sobre el tema. Fueron varios temas los que se enseñaron, aves, tortugas, pastos marinos, geografía, mapas de ubicación espacial, entre otros. Durante la salida de campo a ver tortugas marinas, íbamos tres embarcaciones llenas de alumnos seris y de profesores, en un punto en medio del Canal de Infiernillo nos paramos, José Juan dice que ahí es donde se ven tortugas marinas y antes las cazaban, dice que las va a llamar. Algunos de los jóvenes se burlan de él, «pobre viejo loco», pero comienza a cantarles a las tortugas, todos o la gran mayoría incrédulos. José Juan canta, y un par de minutos después salen tres tortugas prietas junto a las embarcaciones y nadan en círculos a nuestro alrededor, todos callados, tenemos la piel de gallina de la emoción (Torre y Bourillon, 2011).

Después de este curso, también se incentivó por parte de quienes lo promovieron la formación de grupos de «paraecólogos» que investigaran más a fondo algunas de las temáticas; aves migratorias, plantas y tortugas fueron los temas alrededor de los cuales se formaron grupos.

De allí nace el grupo tortuguero comcaac, con miembros de ambas comunidades, Gabriel Hoeffer fue su primer líder, luego siguieron liderando Mayra Estrella y Romelia Barnett.

Junto con Guadalupe, Francisco Molina (El Indio), José Luis López y Francisco Cruz, aprendieron sobre las tortugas según los conocimientos de sus ancestros (migración, desove, ciclos, distribución, hibernación, historias, canciones); transmitidos por Guadalupe y en varias escuelas de campo aprendieron junto con científicos y científicas acerca del conocimiento académico (monitoreos y análisis de piel) acerca de las tortugas del Golfo de California.

La tortuga no tiene un valor comercial ahorita, sí lo tiene en el mercado negro, pero no está prohibida para nosotros, pero si estamos viendo la perspectiva de conocimiento seri o comcaac es una especie muy importante en cuanto a cuentos y cantos y mitos, la tortuga tiene un valor cultural infinito, de tal manera que a nosotros nos gustó mucho y la postulamos como candidata a los cuidados y a la conservación, era un animal muy importante para dejar que las poblaciones de ellas se bajen de una manera drástica (G. Hoeffer, comunicación personal, junio de 2011).

Guadalupe, igual que Jeff Seminoff, argumentaban que la tortuga estaba en peligro. Le preguntamos a Guadalupe: «¿cuál es la comparación entre hace seis años y ahora?» Y dijo, «la población está bajando drásticamente, creo que esto va a desaparecer, no le veo otro futuro, igual que desapareció la tortuga laud; en ese tiempo teníamos más de 25 años en que no veíamos esa tortuga, la laud» también dijo, «la tortuga prieta también va a desaparecer, cuando nos dimos cuenta de esto dijimos, tenemos que trabajar en lo que es el consumo tradicional local, y también en la venta, porque sí había venta clandestina, aunque estaba vedada» (G. Hoeffer, comunicación personal, junio de 2011).

De esta manera comenzaron un trabajo con pescadores, quienes estaban en desacuerdo, igual que el resto del Consejo de Ancianos.

Primero era trabajar con pescadores, les decíamos la importancia de las tortugas, cómo se pueden cuidar, qué es el trabajo del grupo tortuguero. Igual, nos metíamos en las pangas cuando nos permitían. Con tortugas fue mucho más difícil, los pescadores por la misma presión económica tienden a comercializar su carne, aunque sea prohibido y cuando llevábamos creo que prácticamente trabajando con pescadores un año, sin ningún resultado, secos, secos, cerraban las puertas. Los mismos ancianos, cuando empezamos con los trabajos de tortugas, nos decían que estábamos mal, que estábamos atentando contra nuestra propia cultura, porque esta especie forma parte de la dieta ancestral que no se puede prohibir, que no se puede controlar (G. Hoeffer, comunicación personal, junio de 2011).

Jóvenes de la comunidad se fueron integrando al grupo, que fue cambiando de liderazgos. Por ejemplo, Romelia fue líder durante muchos años del grupo de tortugueros de Punta Chueca y nos cuenta su experiencia en el grupo.

Yo ya sabía, porque sabía canciones y cuentos sobre la tortuga, pero no había tenido contacto de cerca con un doctor y ya que él nos enseñó, preguntamos a los ancianos. Él nos enseñó como capturar y como tender una red, y él nos enseñó el método de medición, de marcaje, de cómo anotar los datos, nos dio unos formularios para llenar y ahí estuvimos trabajando. Cuando ya empezamos a formar el grupo, integramos más jóvenes y gente mayor ancianos que sabían que antes eran pescadores y sabían capturar las tortugas, y ellos nos ayudaban y ya no para capturarlos sino para marcarlas, José Luis López y su papá Alfredo López. Ellos eran cazadores (R. Barnett, comunicación personal, abril de 2014).

Han continuado trabajando hasta hoy, de la mano de Jeff Seminoff y de la red que había creado, junto a otro científico estadounidense. Los datos de los monitoreos que hace el Grupo Tortuguero Comcaac se envían al Grupo Tortuguero de las Californias (GTC). El GTC es una red de grupos comunitarios formada por dos científicos estadounidenses, Wallace J. Nichols de la California Academy of Sciences y Jeff A. Seminoff, miembro de la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica)- Southwest Fisheries Science Center, expertos en tortugas que llegaron a Baja California en México a estudiarlas.

La creación de la red se dio en 1999. La red de tortugueros de las Californias está conformada por grupos comunitarios de todo el Golfo de California que realizan monitoreos de tortugas en sus territorios, algunos protegen los huevos recogiéndolos y encubándolos en un lugar protegido, para que los predadores no puedan acceder a ellos, hasta que nazcan las tortugas y se liberen.

Este tipo de trabajo característico de lo que se ha llamado ciencia ciudadana consiste en que personas «no científicas», «ciudadanas» recolectan datos y luego son enviados a científicos (que parecen ser «no ciudadanos») que los procesan, analizan y publican. La mayor preocupación de esta «ciencia participativa» es la rigurosidad de los datos obtenidos, con el fin de legitimar los resultados y publicaciones ante la «comunidad científica», es decir, ante científicos que trabajan en los mismos temas. En tortugas marinas sucede igual, por eso en la página de la red se hace énfasis en el método de monitoreo y de toma de datos por parte de quienes no son científicos formados en la academia, sino personas capacitadas por la Red2.

Francisco Molina (El Indio) cuenta que el Grupo Tortuguero Comcaac creó una nueva forma de captura de las tortugas, diferente a la que habían aprendido con Jeff Seminoff, a partir de la información que los ancianos de la comunidad les habían contado acerca de las tortugas.

Hasta nosotros hemos inventado técnicas de captura de caguamas, sin hacerles daño. La red circular la encerramos, con un esfuerzo de 5 o 10 o 15 minutos, y al momento que cae a las redes se queda solo 3 minutos y no le pasa nada, está más tiempo en la playa con nosotros que en la red (F. Molina, El Indio, comunicación personal, abril de 2014).

Para ello, es necesario tener la habilidad de observar la tortuga a distancia y a profundidad, capacidad que los cazadores de tortuga comcaac desarrollaban.

El modelo de ciencia participativa ha funcionado porque se ha articulado también a instituciones mexicanas de conservación como la CONANP (Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas), que ha implementado un programa de empleo temporal para comunidades situadas en áreas protegidas (información tomada de la comunicación personal con Ana Luisa Figueroa, directora CONANP Grandes Islas, Golfo de California, octubre 2014). De esta manera, los miembros del Grupo Tortuguero tienen un pago por su trabajo y se convierte en una profesión, una fuente de trabajo dentro de la comunidad.

La interacción entre animales y la comunidad comcaac está mediada por historias y canciones; el canto, la danza son formas de conectarse con estos seres. La forma de honrarlos, de hablarles, de ConVerSar con ellos. Las herramientas que median en esta interacción pueden ser los instrumentos, tal vez el traje tradicional y la pintura que se usan en las fiestas, que es cuando se canta y se baila y las herramientas de pesca y cacería que se han usado históricamente. Mientras tanto, la relación entre los animales y los científicos está generalmente mediada por herramientas que permiten su estudio, registrar datos. «Los adultos siempre quieren números», decía el Principito. Cada monitoreo tiene un procedimiento especial, que permite generar un conocimiento que puede ser validado. Existen unos pasos y unas herramientas, para los cuales es necesario haber adquirido unas habilidades, unas vienen de la formación académica en los salones de las universidades, otras de las prácticas. Dichas herramientas han sido adquiridas en salidas con grupos de científicos y estudiantes, para el estudio de las especies objetivo. Hay unos formatos que hay que llenar con los datos adquiridos en las salidas. Y estos datos son luego procesados en computadores, con programas especializados, para luego ser analizados por científicos y científicas, que informarán sobre sus hallazgos, con el objetivo de generar alternativas que permitan ConSerVar las especies estudiadas.

En la interacción entre científicos y miembros de la comunidad también se articulan las redes a las que las personas que investigan pertenecen. Con el desarrollo de la ciencia ciudadana también hay cada vez más estructuras mixtas, con científicos, científicas y personas de las comunidades. Esta articulación permite recopilar datos en lugares donde no hay presencia de académicos.

Discusión

Relato cruzado 3. Traducciones: de la ConVerSación a la ConSerVación

El Indio ha continuado trabajando con otras investigaciones, sobre las cuales también tiene su posición bien definida. Trabajó con un investigador que estudiaba los linces en el desierto, el estudio se hacía por fototrampeo, con cámaras que se encienden a través de sensores y graban movimientos. El conocimiento de El Indio era necesario sobre todo para definir el territorio por donde se movían los linces para la ubicación de las cámaras. De alguna manera, El Indio se convirtió en un traductor, entre el científico que estudiaba los linces y los linces y, el territorio donde habitan, El Indio permite la comunicación entre los seres que habitan su territorio y quienes llegan de afuera.

El Indio tiene su propia perspectiva acerca de esta técnica desarrollada por la Biología en la que se dejan las cámaras-trampa y sin estar presente; él nos cuenta su opinión a través de un diálogo que tuvo con el investigador de linces.

Le pregunté: «¿Por qué en vez de poner la cámara, no te estás esperándolos ahí?», «es que tengo que escribir» me dice; yo le digo, «es que no te estás aventando el calor, tienes que sentir lo que siente el gato montés, así como él» (F. Molina, El Indio, comunicación personal, abril de 2014).

Investigar es ponerse en los zapatos, en las patas, de los seres que se investigan, como don Alfredo, que escucha lo que piensa la tortuga que capturaron en el monitoreo, o como El Indio, que propone sentir el calor que siente el lince en el desierto. Eso es investigar, observación directa, que la ciencia hace solo en parte. ConVerSar con otros seres, sentir lo que ellos sienten.

Ya ves que en muchas escuelas hablan de observación directa y cosas así, nosotros apostamos al 100% en eso, para ser biólogo, ecólogo o antropólogo hay que venir al campo, allá afuera, también hay muchos documentos, no es igual a estar en el campo, allá es en las bibliotecas, en ese sentido sí coincidimos bastante con la ciencia: la observación directa. Esa es la que recomendamos nosotros, la que hemos llevado a cabo todo este tiempo. Nos ha funcionado bien, pero no hemos escrito todavía (F. Molina, El Indio, comunicación personal, abril de 2014).

Y es que la escritura es un tema que siempre está allí presente, más bien ausente, para el pueblo comcaac, cientos de libros, la mayoría escritos en inglés, hablando sobre ellos, solo un par de ensayos escritos por ellos mismos y solo unas cuantas cartillas escritas para ellos en cmiique itom (idioma comcaac). Al preguntarle a Romelia qué esperaba de las personas que venían a investigar, me respondió:

Los que estudian los animales o las plantas, o también en caso de que ellos hicieran un libro, que dejaran al menos un libro o parte de sus investigaciones aquí en la comunidad y que sea accesible aquí al pueblo. Ahora hay un lugar donde se pueden guardar esas cosas. Pues me gustaría que estuvieran en un solo lugar, como en una biblioteca, no sé cómo se pudiera decir, pero tener acceso a cosas que han sido investigadas aquí en la comunidad (R. Barnett, comunicación personal, abril de 2014).

Y a Jose Ramón Torres le pregunté que qué pensaba de las investigaciones que se hacían en Hant comcaac:

Nunca he visto los resultados de las investigaciones, por eso no sé qué me gusta y qué no me gusta (J. R. Torres, comunicación personal, septiembre 2016).

Roberto Morales y El Indio hubieran querido escribir sus propias observaciones e investigaciones:

No me senté a escribir, hacer recopilación, ni nada de eso, trabajé. Me fallé un poquito, hubiera escrito cosas, no sé, hubiera, es que, para mí ya no era investigación, es algo que yo hacía desde hace mucho, y yo sé que no es un misterio, por eso fue el error de no escribir, creo que hubiéramos sacado un libro de este grueso fácil, pero a nadie se le ocurrió escribir (F. Molina, El Indio, comunicación personal, abril de 2014).

El Indio, Roberto, Don Alfredito, Guadalupe, Doña Cleo estaban ocupados conVerSando con otros seres, estos seres del mar o del desierto, seres que son, entonces, como nosotros, o nosotros, como ellos. Lo que Viveiros reconoce en los pueblos amerindios como multinaturalismo es una unidad del espíritu y una diversidad de los cuerpos (Viveiros, 2003, p. 38).

Esa forma interna es el espíritu del animal: una intencionalidad o subjetividad formalmente idéntica a la conciencia humana, materializable, por decirlo así, en un esquema corporal humano, oculto bajo la máscara animal (Viveiros, 2003, p. 39).

La condición original común a humanos y animales no es la animalidad, sino la humanidad (Viveiros, 2003, p. 41).

Para la comunidad Comcaac, el lazo que tienen con seres de su territorio es un lazo de hermandad, porque muchas especies son también humanos y eso es lo que los une, la humanidad. Al contrario de nuestra concepción en occidente, en la cual lo que compartimos con otros seres vivientes es la animalidad.

Mientras el investigador de los linces y demás científicos y científicas estamos ocupados escribiendo, no podemos ponernos en las patas de los seres que investigamos para conSerVar.

El Indio cuenta que esta misma metodología de «investigación» propia «es la palabra que ellos aceptan, pues», dice, «es la que se usa en la cacería. La cacería en el territorio comcaac hoy, no es de supervivencia, es cacería deportiva. La Isla Tiburón, que hace parte del territorio otorgado por el gobierno mexicano al pueblo Comcaac, fue repoblada de Borrego Cimarrón, una especie cuya caza es regulada por autoridades ambientales (SEMARNAT) y los permisos son vendidos en Estados Unidos por miles de dólares, por el intermedio de un club de caza de allá.

La comunidad, en particular el gobernador electo de la tribu, recibe el dinero de los permisos cada año. Hay un comité técnico de cacería, hombres de los 20 a los 50 años de la comunidad que acompañan los cazadores para asegurar el éxito de la empresa. El Indio hace parte de este comité y cada año, en la temporada, se va para la Isla. De la misma manera que acompaña la investigación, El Indio usa, por un lado, los conocimientos de sus ancestros sobre la isla, las formas de conectarse con el sentir del animal para comprender sus movimientos y de conversar con los animales; y por el otro, los conocimientos provenientes de las capacitaciones acerca de las reglas y la técnica del club de cacería.

El repoblamiento del borrego se realizó en 1975, como parte de un proyecto de conservación del gobierno mexicano, pensando que las características de una isla permitirían el aumento de la población y se podría repoblar de borrego el continente (Bourillon, 2002, citado por Rentería, 2007). Las predicciones se cumplieron y la población del borrego cimarrón creció y la cacería y la venta de pie de cría se hizo viable.

En el marco de las reivindicaciones indígenas en México, encabezadas por el movimiento zapatista desde 1994, el sub comandante Marcos visitó la comunidad comcaac (Conversación con Samuel Romero) y esto generó un movimiento de sus autoridades para conseguir autonomía frente al manejo de su territorio y de recursos económicos como los que podían obtener de la cacería del borrego en la isla (Rentería, 2007). Fue así como el gobierno seri contrató a Felipe Rodríguez, un biólogo estudioso del borrego cimarrón, quien creó una UMA (Unidad de Manejo y Aprovechamiento), figura mexicana que permite la extracción o la cacería con fines económicos en algunos territorios, capacitó a varios jóvenes comcaac (de los cuales hace parte El Indio) en conocimientos técnicos que les permitieran acompañar a los cazadores y hacer monitoreos de la población, para sustentar la cantidad de permisos de caza que se venden cada año (Rentería, 2007).

Foto 7. Fotografía de cacería: Borrego Cimarrón, indios (El Indio y su hermano Ezequiel, Juan Manuel), Gringo cazador X

Fuente: extraída del muro de Ezequiel Molina https://www.facebook.com/ezekiel.molinasesma

En el 2007 cada permiso de caza se subastaba en Reno, Nevada, EE.UU., por un valor que oscilaba entre los 60 000 y 100 000 dólares, mientras el permiso original otorgado por la Semarnat costaba «apenas unos cientos de pesos mexicanos» (Rentería, 2007, p. 33) (ver foto 7).

En consecuencia, la conSerVación biológica ha penetrado entonces en territorio comcaac, en el caso de las tortugas, para limitar una actividad económica; en el caso de los borregos, para crear una nueva actividad económica. De esta manera, nace una nueva relación entre comcaac y otros seres presentes en el territorio. De la conVerSación, el arte de sentir lo que los otros seres sienten, pasamos a la conSerVación, el acto de proteger a otros seres, una relación que implica una concepción paternalista de la naturaleza (Pálsson, 2001) que ve los ecosistemas y sus seres como desprovistos de agencia, feminizados (Ulloa, 2016), que deben ser protegidos, conservados; a diferencia de la ontología comcaac, en la que esos seres están provistos de voluntad (Blaser, 2018)

En el marco de la conSerVación, el acto de contar es bien importante, contar a esos seres que deben ser protegidos para calcular que su población cuente con un número adecuado de individuos, mientras menos individuos, más vulnerables son, y más deben protegerse. Para contar, también se necesitan instrumentos, artefactos, las cámaras trampa, los GPS, El cybertracker3, drones4. También se necesitan técnicas como transectos o cuadrantes, que median la relación de las personas que realizan los monitoreos, con los animales a contar y a conservar.

Ese es el sentido de los monitoreos que se hicieron con los linces de la Sierra Seri, los monitoreos de tortugas y los del borrego cimarrón. Los monitoreos, como lo describe El Indio, se realizan bajo metodologías que no conVerSan con los seres que se cuentan. No se trata de sentir lo que ellos sienten, como lo hace don Alfredito con la tortuga que se capturó o El Indio con el lince o el borrego cimarrón, o Guadalupe y Cleo cuando le cantan a las tortugas. Solo se cuentan los individuos, para conservarlos, los seres no humanos no opinan, no actúan, se dejan contar y conSerVar.

La conservación biológica nace en Estados Unidos como una forma de investigación y acción sobre la naturaleza, como algo que debe ser protegido, puesto en aislamiento, en forma de áreas o seres intocables, esta es la concepción bajo la cual se veda5 la pesca de tortuga en todo México y que adopta el Grupo Tortuguero Comcaac para la protección de las tortugas de su territorio.

Con el paso de los años, la teorización sobre la conSerVación ha ido cambiando, y hoy en día se piensa que el manejo sostenible (proteger, pero también extraer para su uso) es también una forma de conSerVación, es la concepción bajo la cual se desarrolla el programa de Cacería del Borrego Cimarrón.

Esta concepción conservacionista no se ha implementado solamente alrededor de la tortuga y el borrego, también nació un grupo de «pajareros» que trabajan en las aves migratorias y permanentes del territorio y otros grupos que trabajan en plantas y, desde hace ya varios años, se ha tratado de incentivar un grupo de mamíferos marinos.

En palabras de Laura Monti, organizadora del primer curso de paraecólogos, la estrategia de formación de estos grupos consiste en el acompañamiento:

El acompañamiento es, lo que he aprendido, una persona que se interesa y está enfocada, está obsesionada por un tema, por un rato, entrena un grupito y luego ellos se detonan. Creo que la metodología vale y se ha comprobado en otros lugares: acompañamiento (L. Monti, comunicación personal, marzo de 2014).

De esta manera se organizan grupos de personas de la comunidad que se encargarán de la conservación de un grupo de animales en el territorio comcaac.

Tortugas, linces, venados y borregos tienen la capacidad de transformar la conformación de las redes de actores en las cuales están involucrados objetos como armas, binoculares, herramientas de monitoreo científico, cámaras trampa, software como el Cybertracker, drones, y actores humanos como grupos de conservación, cazadores comcaac, cazadores de «afuera», CONANP, Semarnat, Investigadores.

Relato cruzado 4: Los conflictos

La cosmopolítica nos permite observar los conflictos de concepciones y de formas de ser-estar en el mundo, ontologías. El diálogo entre personas de la academia y la comunidad está lleno de malentendidos, porque sus formas de ver son muy diferentes. Blaser describe lo que sucede en el norte Paraguay con los indígenas Yshiro que solicitaban permiso para cazar varias especies y negocian las normativas para que esa caza sea sustentable con instituciones del estado. Lo mismo sucede aquí, con las diversas perspectivas sobre conSerVación y conVerSación y aprovechamiento de las especies de fauna como la tortuga o el borrego.

Los «desentendimientos» que ocurren cuando se intenta integrar conocimientos indígenas y conocimientos científicos modernos pueden ser ejemplos de lo que Viveiros de Castro (2004a) llama equivocaciones sin control, «un tipo de falla comunicativa donde los interlocutores no están hablando de la misma cosa y no se dan cuenta» (Blaser, 2009b, p. 84)

La Teoría Actor Red nos permite, en estas circunstancias, rastrear las asociaciones que hicieron posible la introducción de la conSerVación como concepción de la naturaleza en la comunidad, donde la ConVerSación era la forma de concebir las relaciones entre seres en su territorio. Dos ontologías se encuentran, están en pugna. La tarea que viene es, al trazar estas redes, poner en evidencia estas ontologías y sus encuentros y desencuentros, las relaciones de fuerza entre estas ontologías, cómo el lugar desde el cual actúa cada agente determina también la fuerza, el poder con los cuales su ontología se relaciona con otras formas de concebir la naturaleza.

Al presentar a las personas no humanas como «cultura» (tradiciones, creencias, etc.) acabamos tratando esos conflictos como epistemológicos, es decir, como conflictos entre «perspectivas acerca del mundo» (una perspectiva cultural «ve» personas mientras la otra «ve» recursos). Esta movida reinstala y refuerza los supuestos ontológicos implícitos en la «constitución moderna» (es decir, la división naturaleza / cultura y los binarios que le siguen en cascada). La alternativa, he sostenido, es que en lugar de tratar esta clase de conflictos como «conflictos culturales» los tratemos como «conflictos ontológicos (Blaser, 2018, p. 122).

Estos grupos de paraecólogos, han sido una fuente de empleo temporal y también un proyecto de vida para jóvenes de las dos comunidades que tienen un sentido de pertenencia bastante fuerte con los diferentes grupos. Sin embargo, se han generado, como lo explicó Gabriel, confrontaciones entre quienes pertenecen a estos grupos y pescadores y comunidad en general, que siguen consumiendo caguama cotidianamente, aunque a «escondidas».

El Indio, aunque estuvo en el nacimiento del grupo tortuguero, ha tomado distancia:

Ya ves que comemos las tortugas marinas, ya ves que ese curso fue el inicio del famoso grupo tortuguero. Yo me di cuenta de que ese momento fue un choque muy grande y yo en lo personal siempre antepongo mi cultura. Yo no voy a hacer cosas deshonestas, yo no voy a decir: «yo voy a dejar de comer caguama» (F. Molina, El Indio, comunicación personal abril de 2014).

Ha pasado ya una década, existen ahora dos grupos tortugueros, uno en cada pueblo, han pasado de los monitoreos en el mar que se hacen esporádicamente y sin seguimiento, a la recolección de huevos en los nidos, para cuidarlos en un corral, protegidos de los coyotes (los mismitos del correcaminos, bip-bip, pero con los huevos de tortugas tienen más suerte) y liberar las tortugas cuando nacen.

Estos conflictos entre concepciones conservacionistas, promovidas por los científicos del «otro lado»6 y la cultura seri, no solo se plantean en la alimentación, sino también en rituales como el de la tortuga siete filos, que mencionamos anteriormente.

En la última fiesta de la tortuga, la tortuga que invitaron a subir a la panga estaba viva y, aunque la tradición es que sea una fiesta de 4 días y tres noches, científicos del «otro lado» pidieron liberar a la tortuga antes, porque se temía por su vida y así se hizo.

Transcribo aquí un aparte de la conversación con El Indio, acerca de este tema:

Indio: ¿Si saco una caguama de 7 filos, tú sabes que le hacemos fiesta? ¿no? Si yo saqué una caguama de siete filos, estoy haciendo fiesta y veo que cada día se está haciendo más débil, que se va a morir, que se está muriendo, alguna persona de afuera venga y me diga, tal vez soy doctor y todo, me diga «se está muriendo, por qué no la liberas» yo no la libero, está primero mi cultura, por qué no me dice «practica tu cultura». Yo soy así, primero está mi cultura y después la ciencia.

Hay veces que también entiendo que la ciencia debe ser primero, pero no en todos los casos.

Catherine: ¿En qué casos piensas que la ciencia debería estar primero?

Indio: Pues yo creo que, en nosotros los humanos, a ellos si deberías, ¿sabes qué?, conservarlos (F. Molina, El Indio, comunicación personal, abril de 2014).

Muchos científicos interesados en la ecología del territorio comcaac contratan personas que han sido entrenadas en este curso o hacen parte de estos grupos, para que sirvan de guías o de asistentes de campo para sus proyectos de investigación. Reciben entrenamiento complementario para la toma de datos más rigurosa, según las necesidades de cada científico. Jóvenes formados en el curso de paraecólogos o entrenados por los científicos aprenden entonces a manejar herramientas de la ciencia occidental: GPS, Cibertrack; a tomar datos, llenar formatos que serán entregados o enviados a los científicos que los analizan y publican.

Cazadores de tortuga, como don Alfredo, fueron contratados por ejemplo para el monitoreo de pastos marinos; don Alfredo conocía todos los parches de pasto del Canal del Infiernillo, un canal muy productivo para la pesca, cuya exclusividad de uso la tiene la comunidad Comcaac, el interés científico de los pastos se debe a que son parches donde se encuentran ciertos organismos importantes para las pesquerías (cayos o vieiras), don Alfredo conocía muy bien los parches de pasto, porque sabía que allí también hibernaban las tortugas que cazaban.

Se da entonces una compleja circulación de conocimientos acerca del territorio, sus ecosistemas y los seres que allí viven. Conocimientos ancestrales, como la distribución geográfica y temporal de las especies y sus comportamientos, son compartidos con los científicos. Estos conocimientos ancestrales serán entonces puestos en valor simbólica, pero también monetariamente, y serán compartidos por una parte, hacia científicos y científicas en su mayoría norteamericanos y publicados en inglés para un público científico en el caso de artículos o libros y a jóvenes de la comunidad que participan de espacios como los cursos o los entrenamientos de científicos. Por otra parte, se comparten con miembros de los grupos que trabajan directamente con los científicos, pero no con toda la comunidad (ver foto ٨).

Foto 8. Don Alfredo enseñando el mapa de las manchas de pastos donde pueden encontrarse las tortugas en el Canal del Infiernillo, durante un monitoreo

Fuente: archivo personal de la autora

De otro lado, está el conocimiento científico, herramientas, tecnologías y técnicas, taxonomías, historia natural, que circula de científicos y científicas hacia jóvenes comcaac, para que sean sus asistentes de campo o para el trabajo de los grupos de paraecólogos.

Paralelamente, concepciones de la naturaleza van circulando y confrontándose, vienen, con los científicos, organizaciones e instituciones de la conservación, la concepción paternalista (Pálsson, 2001). Esta concepción privilegia la pericia científica, que fetichiza la naturaleza separándola del mundo de los humanos, e incluye en esta naturaleza a la comunidad comcaac, en particular sus conocimientos ancestrales, que son útiles para la ciencia y para la conservación de la naturaleza (Pálsson, 2001). Por ello, para proteger los conocimientos de la misma comunidad que no los cuida, científicos y científicas estadounidenses están proponiendo construir una base de datos sobre conocimientos bioculturales del pueblo comcaac7; de esta manera se propone proteger los conocimientos que la comunidad comcaac ha construido sobre la naturaleza, aislándolos de los seres humanos que los construyen y detentan de su contexto y de su cotidianidad, esto va en contravía de lo que planteaba El Indio sobre la importancia de conservar a los seres humanos.

Estas dinámicas generan también jerarquías y privilegios al interior de la comunidad. No todos los y las jóvenes tienen acceso a los cursos y al trabajo con científicos y científicas, no pueden hacer parte de los grupos, ya que las dinámicas sociales propias de la comunidad se van reproduciendo en la constitución de estos grupos; generalmente es una familia que se apropia del grupo y va eligiendo quienes hacen parte de él. Solo en los cursos impartidos por científicos y científicas se intenta integrar miembros de diferentes familias, sin embargo, algunas personas son tan «eficientes» en el manejo de herramientas, conocimientos y prácticas útiles para los trabajos científicos, que son buscados por varios académicos. Por ello, quienes no hacen parte de estos grupos, dicen que siempre son los mismos quienes participan y se benefician de estas actividades.

Pasa con los y las jóvenes que son asistentes de campo o miembros de grupos, pero también con los ancianos y ancianas que transmiten el conocimiento ancestral. Recuerdo, cuando llegué por primera vez a la comunidad, que se me acercó un señor mayor y me contó que nunca lo contrataban para nada y él tenía muchos conocimientos. Luego, en varias ocasiones, otros mayores me preguntaron con qué «grupo» trabajaba yo, refiriéndose a taxas biológicos (aves, plantas, mamíferos, reptiles) y ofreciéndome sus conocimientos. Hasta sobre las estrellas me han ofrecido conocimientos, ya que estos se han convertido en mercancía y compiten entre sí para venderlos.

De hecho, Gabriela Molina, joven comcaac, argumentaba que, ya ni ellos mismos, como miembros de la comunidad, pueden acceder al conocimiento de los ancianos, porque les cobran dinero y son muy celosos, contrariamente a la apertura que tienen de compartir sus conocimientos con quienes vienen de afuera, sobre todo del «otro lado», y pueden ofrecer dinero a cambio de conocimiento.

En medio de estos conflictos ontológicos, la creación de estos grupos ha generado unas dinámicas de empoderamiento en mujeres jóvenes que los lideran, y también ha incentivado la participación de otras que encuentran una fuente de sustento para su familia y también ocupaciones alternativas a las labores del hogar y las artesanías, que son los lugares tradicionales que han ocupado las mujeres en la comunidad. Estos grupos también se convierten en posibilidades de trabajo y de organización para jóvenes que se encuentran frente a una falta de oportunidades en la comunidad y a necesidades económicas crecientes. También una alternativa de vida, frente a las drogas sintéticas como el cristal, que invaden calles y algunas casas de ambos pueblos y ya han cobrado las vidas de varios jóvenes.

Emergió entre 2014 y 2016 un grupo de diferente naturaleza al de los paraecólogos, que articulado a otras iniciativas nacionales de organizaciones indígenas de orden nacional, como Defensores del Territorio o el Congreso Nacional Indígena, buscan defender el territorio del despojo y el extractivismo, proyectos de minería o de desalinización del agua han sido denunciados por ellos en la comunidad. Tienen total autonomía económica e independencia de científicos y científicas o de instituciones como la CONANP, pero demandan más apoyo de ellos, en términos de información y redacción de documentos y respaldo oficial que les permita defenderse de estas amenazas al territorio ante las instituciones.

Quisiera ahondar un poco en el tema que estamos trabajando; el año pasado descubrimos las siete concesiones, una de ellas está operando, sin los permisos, nada, empezó a operar y fue cuando nosotros nos metimos como jóvenes dando información en la comunidad y concientizándolos, metimos una denuncia y también nos amparamos, se logró parar temporalmente pero sabemos que están vigentes y que en cualquier momento se pueden reactivar las actividades en esas concesiones, ya estamos viendo la parte legal, pero ahora vienen otras empresas. Pero queremos llegar ahí, a decirles cómo nos afecta a nosotros y a ustedes como científicos, que están trabajando allá, en toda esta región. Porque ahora nosotros logramos parar las mineras, pero ahora vienen otras empresas que vienen con desalinizadoras, con plantas generadoras de electricidad mediante mareas, es un proyecto que abarca muchísimas cosas y entre ellas, las alianzas, vienen grupos mineros importantes. Y entonces queremos, a nosotros nos gustaría seguir trabajando en conjunto con investigadores que están trabajando allá y ver en qué nos pueden echar la mano de los estudios que han sacado ustedes tanto biológicos como antropológicos y arqueológicos, nos pueden ayudar muchísimo con información que ustedes han recopilado durante muchos años y creo que es importante que nos echen la mano al menos en eso, ya no tanto institucionalmente, porque hemos tratado de recurrir a investigadores y hemos tenido poca comunicación de ellos hacia nosotros, creo que es importante valorar la zona en la que han trabajado tanto tiempo y de la que han sacado información y trabajo (llamado de Gabriela Molina a investigadores de la zona, en la mesa de trabajo Defensa del territorio de la Cumbre Next-Gen, Guaymas, octubre de 2015).

Así trabajó Defensores del territorio comcaac (Hant comcaac). El grupo estuvo conformado por más o menos 10 o 15 jóvenes liderados por Gabriela Molina, que con difusión hacia dentro y fuera de la comunidad lograron parar, al menos momentáneamente, un proyecto de minería. Adentro de la comunidad y frente a sus familias, el apoyo fue muy poco, razón por la cual se apoyaron de luchadores de grupos hermanos, como los Yaquis o los Wixaricas, que andaban en la lucha contra mineras y acueductos que se han ido construyendo en sus territorios (Relatoría Mesa de trabajo Defensa del territorio comcaac, Cumbre Next-Gen, Guaymas, octubre de 2015) y de redes nacionales del movimiento indígena mexicano, como el CNI y Defensa del Territorio.

Defensores del Territorio, desde su juventud y fuerza, busca rescatar esa identidad guerrera comcaac ancestral, para defender la nación comcaac de las amenazas extractivas. Se crean nuevas formas de relación con el territorio, articuladas con formas ancestrales.

La conservación y la minería, aunque parezcan opuestos, en algunos casos pueden hacer parte de «escenarios de creación, extracción, apropiación y globalización de las naturalezas» que «están presentes de manera simultánea, son codependientes, se retroalimentan y se coproducen» (Ulloa, 2014, p. 144, 161). La naturaleza a proteger es fragmentada y valorizada, como un bien «de la humanidad» (Ulloa, 2014, p. 143) y no de la comunidad que vive en el territorio; igual ocurre con el conocimiento ancestral y local que se apropiará a través de una base de datos «para la humanidad». Los grupos formados, como el grupo tortuguero, harán parte de nuevas identidades y ciudadanías globales (Ulloa, 2014), como la red de tortugueros de las Californias, ciudadanos que hacen ciencia para la conservación.

En México, y también ocurre en otros países de Latinoamérica —Costa Rica, Colombia8, Perú, Ecuador, no sé si más cerca de dios, pero seguro más lejos de Estados Unidos— la conservación y la participación de las comunidades en ella ha generado procesos de desmovilización de las comunidades que, bajo la comodidad de la financiación de sus actividades de conservación, no se articulan frente a las políticas, la corrupción y la violencia estatal. Ocurre al sur en Chiapas, la creación de la reserva de la Selva Lacandona crea una burbuja de conservación, con grandes inversiones de dinero, al lado del territorio zapatista autónomo, levantado contra el Estado. Igual ocurre aquí en la comunidad, a veces, en los grupos de «paraecólogos», no hay mucha reflexión ni exigencia acerca de su autonomía, de la resolución los problemas de su territorio como falta de agua, educación y salud o de amenazas a su territorio como la minería.

Algunos de sus líderes han logrado trabajar en ambos frentes: la conservación de ecosistemas, la defensa de su territorio y la promoción de mejores condiciones de vida para toda la comunidad, agua, electricidad y fortalecimiento de la pesca.

Los grupos que adoptaron una visión nueva dentro de la comunidad, el conservacionismo, van, poco a poco, tejiendo esta concepción con la visión ancestral, en la cual los seres del mar tienen voz para cantar, lenguaje para conversar, poder para crear el mundo, dones para compartir con los seres humanos.

Describir la participación de actores de diferentes naturalezas permite seguir las huellas de los actores en los ensamblajes y reensamblajes (Latour, 2008) de las redes de actores y comprender la transformación del territorio Comcaac y las relaciones entre sus seres. La cosmopolítica (Blaser, 2018) nos permite observar las ontologías que se confrontan, pero también que se tejen y mezclan en las vidas y en las prácticas de todos los seres, animados o no, humanos o no que están presentes e interactúan. La etnozoología, disciplina que nos permite conocer las relaciones entre animales y seres humanos, describe el conocimiento de las comunidades sobre la historia de vida de los animales, su relación práctica, por ejemplo, a través de la cacería y el lugar de estas especies en la cosmología de la comunidad (Cano-Contreras, 2009; Guerrero y Álvarez, 2019). Pero la perspectiva sigue siendo humano-centrista, mientras que la perspectiva de la cosmopolítica y la teoría actor red nos permite ver la compleja red de interacciones entre los actores y las prácticas de los actantes; ver a las tortugas, los linces, los borregos con capacidad de hacer política, de reconfigurar el territorio y la red de actores, como los callos de hacha en Saint Brieux (Callon, 1986) o el mosquito en Egipto (Mitchel, 2013).

Conversaciones finales

En un monitoreo de tortugas, se hizo todo el proceso con una tortuga: colocar la red, esperar que cayera la tortuga, regresar por la red, sacar la tortuga (ver foto 9) y desenredarla, medirla por todas partes, dibujar su caparazón por encima y por debajo, marcarla, darle un nombre, proceso bastante violento con la tortuga que va nadando, sin saber que va a ocurrir todo ese proceso, y quien no tiene, efectivamente, decisión alguna sobre su destino cuando cae en la red.

Foto 9. Tortuga atrapada en la red

Fuente: archivo personal de la autora

Cuando al fin la iban a liberar, Alfredo López la vio caminar hacia el mar (ver foto 10) y nadar, y me dijo: «Ella se preguntaba lo que estaba ocurriendo, no sabía si iba a vivir o morir, no entendía lo que sucedía, pero ahora ya sabe que va a estar bien y que puede seguir su camino» (A. López, comunicación personal, diciembre 2014).

Foto 10. Tortuga liberándose

Fuente: archivo personal de la autora.

Ocho años después, al regresar a la comunidad a presentar la tesis, la última diapositiva de mi presentación era la foto de la tortuga liberándose. Justo ese día, en una salida de miembros del grupo Tortuguero de Kino (una comunidad pescadora vecina de Hant comcaac) y unos estudiantes, realizaron un monitoreo de tortugas y encontraron de nuevo a la misma tortuga, que había sido bautizada como Cathy, mi tocaya. Yo creo que quería conversar.

Contribuciones del autor

Catherine Ramos García: Investigación y escritura del artículo.

Declaración sobre conflictos de interés

Este trabajo no presenta conflicto de intereses. En el proceso de investigación los agentes intervinientes lo hicieron con su consentimiento previo, libre e informado.

Agradecimientos

Gracias a la comunidad comcaac, al desierto, al mar y sus seres que me han permitido explorar sus territorios y que me han compartido sus experiencias, igualmente gracias a científicos y científicas que me han permitido explorar sus vidas. A la A.C., Centro de estudios culturales y ecológicos de Prescott College en Kino por el apoyo y la financiación de uno de los viajes y a todas las personas con quienes conviví en la estación. Al profesor Carlos Corredor por todos sus aportes, a Julián Vanegas por su amor en la lectura y corrección de estilo. A Innovacción de la Universidad del Cauca por el préstamo-beca del doctorado y a la UNAM, la ENCIT y la DGAPA, por la beca posdoctoral.

Referencias

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Referencias digitales

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Ezequiel Molina, 2017. Fotografía compartida de Graig D. URL https://www.facebook.com/ezekiel.molinasesma

Grupo Tortuguero de las Californias. URL http://www.grupotortuguero.org/


1 Todas las tortugas marinas que se reproducen en México están protegidas por la NOM-059-SEMARNAT-2010, donde figuran en peligro de extinción. Está prohibida su captura, así como su aprovechamiento y la extracción de sus huevos, inclusive para consumo humano o de supervivencia.

2 http://www.grupotortuguero.org/

3 Programa que se descarga en el celular para anotar avistamientos y localización y otras informaciones.

4 https://www.youtube.com/watch?time_continue=42&v=BLHOoL12UdY

5 Las vedas son controles que desde las autoridades ambientales o pesqueras se imponen sobre la pesca o la cacería. En este caso, se impuso una veda total, es decir que se prohíbe totalmente, la cacería de tortuga en el territorio mexicano.

6 Así le dicen a los que vienen del otro lado de la frontera, Estados Unidos.

7 Propuesta que se presentó en la mesa de trabajo: Base de Datos, realizada en el anti-congreso de la red de investigadores del Desierto Sonorense Next-Gen, Guaymas, octubre 2015.

8 Para más información acerca de este tema en Colombia leer Quintero, C. (2012). Birds of Empire, Birds of Nation. A History of science, economy and conservation in United-States-Colombia Relations. Universidad de los Andes.