Pedagogías para acompañar las memorias y accionar las paces. Relatos desde la Sede de La Paz de la Universidad Nacional de Colombia
Pedagogies to accompany memories and make peace. Stories from the La Paz campus of the National University of Colombia
Lucía Eufemia Meneses Lucumí
Universidad Nacional de Colombia, Sede de La Paz-Cesar, Colombia
– Correo:
lmenesesl@unal.edu.co
ORCID:
https://orcid.org/0000-0002-1038-4816
Andrés Alejandro Vargas Rubio
Corporación Universitaria Minuto de Dios, Colombia – Correo:
andres.vargas.r@uniminuto.edu
ORCID:
https://orcid.org/0000-0002-1702-977X
Cómo citar este artículo: Meneses-Lucumí, L., y Vargas-Rubio, A. (2024). Pedagogías para las memorias y las paces. Relatos desde la Sede de La Paz de la Universidad Nacional de Colombia. Jangwa Pana, 23(2), 1-17. doi: https://doi.org/10.21676/16574923.5382
Recibido: 06/07/2023
Aceptado: 19/04/2024
Disponible en línea: 06/05/2024
Artículo de investigación/ Research article
Resumen
Este trabajo presenta los resultados de una experiencia pedagógica que tuvo como finalidad reflexionar sobre las bitácoras docentes construidas en las asignaturas optativas-disciplinares Gestión de Espacios de Memoria y Cultura de Paz, del programa de Gestión Cultural y Comunicativa, en el periodo 2022-1. Estas propuestas se desarrollaron desde el modelo pedagógico ―en construcción y reflexión permanente― de la Red de Aulas-Laboratorio de Innovación Pedagógica de la Universidad Nacional de Colombia, Sede de La Paz. El criterio metodológico consistió en planear conjuntamente los programas de las materias, ejecutarlos y documentarlos a través de la bitácora y permitir en su ejecución que el error emergiera lo más pronto posible para evaluar y ajustar durante el módulo. Posteriormente, se realizó un análisis detallado de las bitácoras y sus anexos. De tal forma, el presente documento surge como un testimonio de la intención y los primeros resultados de la presencia institucional en la región. El análisis partió de la siguiente premisa: las pedagogías para las memorias y las paces aún están en proceso de construcción y, por tanto, las formas de materializarlas son diversas en la medida en que integran saberes, voluntades, intereses y experiencias particulares. A partir de allí, la propuesta pedagógica para las materias mencionadas se estructuró pensando en abordajes teóricos que recogieran la memoria y la paz con los referentes más próximos para la comprensión de la realidad del conflicto, los actores, la historia y el territorio del departamento del Cesar y el Caribe. Como resultado, se resaltan la visibilización y el autorreconocimiento de las trayectorias de vida de los estudiantes como víctimas directas e indirectas del conflicto armado colombiano y el tímido inicio de una etapa de posconflicto, tejiendo sentidos profundos desde su formación profesional y a partir de sus recuerdos, vivencias y proyectos de futuro, de cara a una reconciliación regional.
Palabras clave: memoria; paz; universidad; pedagogía; gestión cultural.
Abstract
This paper presents the results of a pedagogical experience that had the purpose of reflecting on the teaching logbooks built in the optional-disciplinary subjects Management of Memory Spaces and Culture of Peace, of the Cultural and Communicative Management program, during the period 2022-1. These proposals were developed from the pedagogical model - under construction and permanent reflection of the Network of Classrooms-Laboratory of Pedagogical Innovation of the National University of Colombia, La Paz Campus. The methodological criterion consisted of jointly planning the subject programs, executing them and documenting them through the log and allowing the error to emerge as soon as possible in their execution to evaluate and adjust throughout the module. Subsequently, a detailed analysis of the logbooks and their annexes was carried out. In this way, this document emerges as a testimony of the intention and the first results of the institutional presence in the region. The analysis started from the following premise: the pedagogies for memories and peace are still in the process of construction and, therefore, the ways of materializing them are diverse to the extent that they integrate particular knowledge, wills, interests and experiences. From there, the pedagogical proposal for the aforementioned subjects was structured thinking about theoretical approaches that included memory and peace with the closest references for understanding the reality of the conflict, the actors, the history and the territory of the department of the Cesar and the Caribbean. As a result, the visibility and self-recognition of the life trajectories of the students as direct and indirect victims of the Colombian armed conflict and the timid beginning of a post-conflict stage are highlighted, weaving deep meanings from their professional training and from their memories. experiences and future projects, in the face of regional reconciliation.
Keywords: memory; peace; University; pedagogy; cultural management.
Introducción
El presente documento tiene como intención compartir los relatos construidos por los autores a partir de una experiencia formativa en los cursos de Gestión de Espacios de Memoria y Cultura de Paz, en el marco del programa de Gestión Cultural y Comunicativa de la Universidad Nacional de Colombia, Sede de La Paz. Las dos asignaturas fueron orientadas por primera vez en la historia de la sede y del programa en el periodo 2022-1, y corresponden al componente optativo-disciplinar, en las áreas de Expresiones y Cultura, respectivamente. Para su creación y desarrollo, se tuvo en cuenta el nivel de complejidad que implican las materias de los semestres intermedios de la carrera, así como la adecuación pedagógica y didáctica al modelo pedagógico de la Sede de La Paz, que ―aunque en proceso de construcción― orientó la articulación secuencial de los contenidos propuestos siguiendo el derrotero de la innovación pedagógica.
En este sentido, la construcción y la articulación de las asignaturas supusieron una cuidadosa revisión desde varias instancias: el modelo pedagógico de la Universidad Nacional de Colombia, Sede de La Paz; el contexto histórico del departamento del Cesar; la intención formativa del programa de Gestión Cultural y Comunicativa; la caracterización de los estudiantes asistentes, sus expectativas y motivaciones; y los lugares de enunciación y comprensión de los docentes a cargo, aunados a sus intereses particulares y prácticas pedagógicas. Asimismo, se decidió partir de las experiencias de los alumnos, reflejadas en sus reflexiones y agenciamientos como actores que directa o indirectamente tienen una historia por contar vinculada al conflicto armado colombiano, a sus memorias individuales y colectivas, y a sus posibilidades de reconciliación y construcción de paz.
En este orden de ideas, se coincide con Gómez (2019) al afirmar que estas pedagogías, desde las voces de los actores, deben considerar:
Por un lado, […] los acontecimientos que signaron el siglo XX en el mundo y en Colombia y, por otro lado, […] cómo la memoria histórica está ligada a los derechos humanos, convirtiéndose en objeto de enseñanza y de aprendizaje. Desde un enfoque holístico, hablar de una pedagogía de la memoria implica reconocer los aportes que se generan por la confluencia de diversos enfoques, modelos, paradigmas y corrientes de pensamiento pedagógico y educativo. Igualmente, la pedagogía de la memoria debe transitar por los sucesos que caracterizaron el siglo XX y los que están marcando el ritmo del siglo XXI, en los que se observa que hay un despliegue científico e intelectual inédito que ha resultado ser uno de los más complejos de la historia de la humanidad. Esto, a la vez, indica la enorme posibilidad de tejer nuevos sentidos, rutas y proyectos encaminados a recuperar la memoria de nuestras colectividades y de nuestros pueblos (p. 72).
Además de contemplar las pedagogías desde los actores como lugar de enunciación de quienes participaron en los encuentros de las asignaturas, también fue importante reconocer el contexto institucional, que prioriza el aprendizaje de los estudiantes en el proceso formativo. En este sentido, al ser un proyecto académico aún en construcción, ha habido muchas interpretaciones y puestas en juego. Sin embargo, se coincide con algunos colegas que caracterizan el modelo pedagógico de la Sede de La Paz y conciben sus finalidades con los siguientes aspectos:
Crear entornos de aprendizaje activo donde lxs estudiantes participen de su aprendizaje; Lxs estudiantes se convierten en aprendices activxs y participativxs; no son solo audiencias para docentes; Lxs estudiantes tienen la oportunidad de aprender a través del trabajo en equipo y de ser recompensados por los esfuerzos del grupo, no solo por sus propias actividades; El esfuerzo académico se mide por cuánto aprenden lxs estudiantes, no cuántas horas enseñan lxs profesores; Lxs docentes son guía de estudiantes, los ayudan a formular problemas y preguntas pertinentes y descubren maneras efectivas de aprender las respuestas (Diamond, 2008, como se cita en Solano & Solano, 2020, p. 10).
Por tanto, estos marcos en los que se inscriben las reflexiones y los relatos constituyen los puntos de partida para razonamientos más profundos sobre el alcance y la incidencia de la propuesta pedagógica de la Universidad Nacional de Colombia, Sede de La Paz, en los territorios del Cesar, La Guajira y el Magdalena, los cuales apuestan por la memoria, la reconciliación y la paz.
El modelo pedagógico de la Universidad Nacional de Colombia, Sede de La Paz
«La Sede de La Paz busca superar el aula convencional y el laboratorio demostrativo y convertirse en un aula-laboratorio de aprendizaje, creación y transferencia de conocimiento y pleno vivir»
(M. Camacho, comunicación personal, marzo de 2021).
La Universidad Nacional de Colombia llegó al departamento del Cesar por solicitud de diferentes sectores sociales que demandaban una mayor cobertura en educación superior para aumentar el acceso a carreras profesionales y posgrados sin tener que trasladarse a otros departamentos como Atlántico o Magdalena, en el Caribe colombiano, Norte de Santander y Santander o el interior del país. El primer semestre de funcionamiento inició en agosto de 2019 con seis programas académicos de pregrado: Geografía, Gestión Cultural y Comunicativa, Ingeniería Biológica, Ingeniería Mecatrónica, Biología y Estadística (Universidad Nacional de Colombia, 2017).
En un intento por ser la más innovadora y disruptiva dentro de las nueve sedes de la Universidad Nacional de Colombia, la de La Paz ha privilegiado un modelo pedagógico centrado en el estudiante y, sobre todo, en su proceso de aprendizaje. Para ello, se parte de una condición activa en la construcción del conocimiento y en la adquisición de unos lenguajes para aprender (Camacho, 2020). De este modo se privilegian saberes relacionados con el lenguaje matemático para las ciencias, el lenguaje en sus diversas expresiones y su capacidad de representar el mundo, y la concepción del bilingüismo como una posibilidad de aprender otras culturas científicas y profesionales en inglés. Esta intención se expresa en la organización de las asignaturas de nivelación y fundamentación en el primer año, sin diferenciación de las especialidades académicas, en lo que se ha denominado como Año de Estudios Generales, basado en el Acuerdo 033 de 20071.
El Año de Estudios Generales o de Fundamentación comprende once asignaturas que los estudiantes comparten sin distinguir carreras, privilegiando la opción de aprendizaje colaborativo, autónomo e interdisciplinar (Mosquera et al., 2022). Estas materias están organizadas en tres áreas:
Figura 1. Año de Estudios Generales
Fuente: adaptación de planes de estudios
La organización de las actividades académicas de este modelo pedagógico en construcción privilegia el desarrollo de las asignaturas a partir de una estructura modular, de cuatro semanas, y cuya intensidad horaria varía según el número de créditos académicos de cada una. Asimismo, se entiende que los estudiantes tienen una dedicación completa a solo dos materias por cada módulo, lo que privilegia un proceso de aprendizaje intensivo y un ambiente de aprendizaje inmersivo. Además, la intensidad implica trabajo compartido en los espacios con los docentes, en los espacios de trabajo autónomo, de carácter individual y colectivo, y en los espacios con los grupos de estudio autónomo (GEA)2.
El modelo pedagógico de la Sede de La Paz privilegia no solo un proceso colaborativo entre estudiantes, sino que además permite el trabajo compartido entre profesores que acompañan y comparten la orientación de asignaturas desde sus distintas experticias y experiencias. Así, a partir de la puesta en marcha de esta sede se ha empleado la figura de prototipado, como un mecanismo que permite evaluar lo realizado en el aula y ajustar rápidamente a la estructura de la formación de la universidad.
En este sentido, se trata de que los posibles errores emerjan lo más rápido de manera que se puedan incorporar las múltiples alternativas para reconfigurar la asignatura durante el tiempo que es desarrollada y en los periodos siguientes. Asimismo, las bitácoras que cada profesor debe escribir de las asignaturas que tiene a cargo permiten hacer una reflexión sobre su práctica pedagógica, sus estrategias formativas y didácticas, los resultados, los elementos por potenciar en futuros cursos y las dificultades que se hallaron en el desarrollo de la materia.
Lo dicho hasta este punto permite inferir la apuesta por un modelo centrado en el aprendizaje y el conocimiento en el territorio como base de la producción de conocimiento. De igual forma queda patente que se privilegian el aprendizaje por preguntas y proyectos, y la organización de actividades académicas por módulos. Estos enfoques expresan claramente las estrategias y los rasgos característicos de la propuesta de la Universidad Nacional, Sede de La Paz, y su modelo pedagógico para hacer frente a las dificultades educativas, sociales y culturales de un departamento como el Cesar y su área de influencia, ampliada al Magdalena y La Guajira.
Es importante decir en este punto que la apuesta institucional en la que se enmarca esta experiencia no ha sido el resultado de una respuesta a una coyuntura, sino de una decisión tomada frente a un asunto estructural y estructurante de la sociedad colombiana. En este sentido, el Plan Estratégico Institucional (PLEI) 2034 contempla un «núcleo del liderazgo colectivo e incidencia en la sociedad» que, a su vez, señala como propósito: «Pensar y construir paz y desarrollo sostenible como orientador transversal del relacionamiento con sectores públicos y privados» (Universidad Nacional de Colombia, 2022a, pp. 16-17). Asimismo, el Plan Global de Desarrollo (PGD) 2022-2024 consolida programas y estrategias, entre los cuales el primero es la «construcción de nación y paz sostenible desde los territorios» (Universidad Nacional de Colombia, 2022b, p. 15).
Por tanto, las memorias y las paces, como se nombrarán teóricamente las asignaturas, no fueron concebidas por fuera de la formación o traídas a la fuerza de un contexto porque se consideren importantes per se. En cambio, son materias que configuran una narrativa articuladora e integradora de saberes, voluntades, intereses y experiencias de quienes participan en ellas.
El departamento del Cesar de cara a la superación del conflicto armado y la construcción de paz
En este proyecto disruptivo e innovador se ha privilegiado el asiento de este discurso y de la praxis académica en el territorio3. En este sentido, cabe considerar que los departamentos de influencia de la Sede de La Paz ―Cesar, La Guajira y Magdalena, pero principalmente el primero― han sido protagonistas de las disputas armadas en el conflicto colombiano. De acuerdo con la información que se ha recabado sobre las fuerzas armadas ilegales participantes en este territorio como los paramilitares, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), las ex Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP) y los actores armados legales como el Ejército, la Policía Nacional, entre otros, todos han tenido responsabilidad en la profundización de este enfrentamiento.
Una de las causas principales del conflicto en la región está relacionada con la distribución desigual de la tierra, que ha permitido diversos procesos económicos extractivos como la minería y la siembra de la palma africana o el algodón al pertenecer a las mismas familias que han conformado clanes políticos en el territorio o que tienen nexos con estos. A ello se suman las dinámicas específicas que se encuentran para cada una de las microrregiones que componen al departamento del Cesar: el sur, con límites hacia Santander, Norte de Santander y Bolívar; el centro, con límites con Venezuela, a través de la serranía del Perijá; el noroccidente, con límites con Magdalena; y el norte, con límite directo a la Sierra Nevada de Santa Marta y el sur de La Guajira. Estas fronteras geográficas constituyen zonas caracterizadas por dinámicas económicas particulares, conflictos ambientales y territoriales, y saberes tradicionales diversos anclados en las particularidades del territorio y su cultura.
Mapa 1. Subregiones del departamento del Cesar
Fuente: (Bedoya et al., 2022, p. 152)
Todo este contexto configura territorialidades en disputa, que hacen un departamento singular, vibrante, dinámico y de una complejidad difícil de reducir en una primera lectura. Pese a las diferentes circunstancias de sometimiento por los distintos actores y las agendas por imponer por parte de cada uno de ellos, las voluntades individuales, colectivas y gremiales han sobrevivido a partir de prácticas culturales, artísticas y económicamente diversificadas para mostrar un Cesar que se reconoce en la esperanza de un futuro en paz. Entre estas, se destacan los colectivos de mujeres en diferentes partes del departamento, los cabildos indígenas en las comunidades de la Sierra Nevada de Santa Marta y la serranía del Perijá, y las organizaciones afrodescendientes y campesinas de amplia trayectoria en procesos de defensa del territorio.
Como se ha expresado, este es el marco territorial desde donde se accionan, marcan intenciones y tensionan los actores y sus intereses individuales y colectivos. En este mismo escenario, la presencia de la Universidad Nacional de Colombia, Sede de La Paz, cobra sentido puesto que permite poner en escena a estas partes para entablar un diálogo académico, científico y cultural, el cual supone lograr alternativas de reconciliación, crecimiento y desarrollo para la región.
Asignaturas de Gestión de Espacios de Memoria y Cultura de Paz (¿qué y cómo se hizo?)
El programa de Gestión Cultural y Comunicativa fue la respuesta al estudio de pertinencia que reseñaba las necesidades y potencialidades del contexto, previo a la puesta en marcha de la Sede de La Paz. Al respecto, el documento Propuesta de apertura del programa de Gestión Cultural y Comunicativa en la Sede de La Paz (Molina et al., 2019) señalaba en la justificación que
Teniendo en cuenta la apuesta por incentivar cultura de paz que viene realizando la Universidad Nacional de Colombia en todo nuestro país, se puede indicar que: la apertura de este programa propiciará la socialización y aplicación local de estrategias pedagógicas para promover la cultura de paz y gestión de iniciativas de recuperación de la memoria histórica en el departamento del Cesar y las regiones circunvecinas (p. 4).
Lo anterior manifiesta claramente la voluntad y el interés institucional, desde la misma concepción epistemológica del programa, de trabajar por la memoria y la construcción de una cultura de paz. Dicha labor no está desarraigada de las discusiones sobre qué es exactamente la gestión cultural, pregunta recurrente de los estudiantes en cada uno de los cursos. Al respecto, este trabajo asume:
considerar a la gestión cultural no como una «disciplina» en el sentido más ortodoxo del concepto, sino como un campo académico en construcción. Desde esa perspectiva, se describe a la gestión cultural como campo académico en donde hay una concurrencia inter o transdisciplinar, sin desconocer sus metodologías propias. Pero en el plano de la producción de conocimientos específicos de sus objetos, las prácticas profesionales y la constitución de su campo requieren de enfoques y conocimientos que proceden de otras disciplinas o de otros campos de conocimiento (Arreola & Mariscal, 2022, p. 15).
Este punto de partida de comprensión y acción sobre la gestión cultural y desde ella resulta vital pues, en términos curriculares y epistemológicos, genera los primeros encuentros centrales entre la propuesta formativa de lo que se ha denominado el Año de Estudios Generales y el programa de Gestión Cultural. Precisamente, quienes han llegado al sexto semestre, etapa para la cual el plan de estudios de la carrera sugiere las asignaturas objeto de esta experiencia pedagógica, ya han tenido tiempo de reflexionar reposadamente en torno a los diferentes cursos que componen dicho año. Los aprendizajes en esa instancia son los cimientos de un universitario que, desde su dimensión ciudadana, comprende los lenguajes en los que es posible representar la vida social, científica y cultural y las formas de nombrar la vida a partir de los posicionamientos científicos en los que pueden reconocerse para hablar: Lenguaje y Comunicación, Lenguajes Visuales y Narrativos, Fundamentos de Ética, Fundamentos de las Ciencias Sociales, Universidad y Sociedad, y Derechos Humanos y Equidad.
Por tanto, como se ha mencionado, las reflexiones en torno a las memorias y las paces en las asignaturas fueron pensadas desde el territorio y sus actores. A su vez, se han contemplado los marcos institucionales de este proyecto académico, que en el año de estudio aborda conceptos claves como: sociedad, cultura, territorio/territorialidad, género, tecnología, bienestar, equidad e igualdad, dignidad, entre otros.
En este punto es importante reconocer de qué manera operan las asignaturas en el diseño de la propuesta pedagógica de la sede en tanto distribución espacial-temporal. La estructura modular supone que a lo largo de las dieciséis semanas de clases de un calendario académico tradicional operarían cuatro «bloques» de cuatro semanas cada uno. Así, un curso se desarrolla durante un módulo, es decir, en cuatro semanas, y la carga regular que un estudiante puede tener en ese lapso es, en general, de dos cursos. Una tercera asignatura sería posible como una carga o con créditos adicionales para aquellos estudiantes que han alcanzado un significativo nivel de madurez en su proceso de aprendizaje y pueden llevarla a cabo simultáneamente con las otras dos. Para hacerse una mejor idea, ver figura 2.
Así las cosas, las asignaturas de Gestión de Espacios de Memoria y Cultura de Paz se orientaron en el tercer y cuarto módulo, respectivamente. Estos cursos, articulados como un espacio académico para actuar, experimentar y reflexionar, fueron intencionados por las voluntades de los docentes a cargo, que vieron en esta propuesta una oportunidad pedagógica y didáctica.
Figura 2. Organización modular de los cursos en la programación académica
Fuente: elaboración propia a partir de la programación académica 2022-1
En este orden de ideas, y de acuerdo al contexto presentado, una de las primeras características que se consideraron para construir los planes de clases y su posterior desarrollo tuvo que ver con la composición de los estudiantes matriculados en dichos cursos4. Si bien las asignaturas abordadas están ubicadas, a manera de sugerencia, en el sexto y séptimo semestre dados los prerrequisitos y el nivel de madurez académica exigido, también es cierto que los trayectos biográficos de cada uno de estos alumnos fueron vitales en el trabajo realizado.
Con lo anterior se quiere expresar que los estudiantes de la Sede de La Paz son de diferentes adscripciones étnicas: afrocolombianos, indígenas de las diferentes comunidades asentadas en el territorio (koguis, kankuamos, arhuacos y wayúu), y con adscripciones identitarias diversas (como la comunidad LGBTIQ+). Igualmente, los posicionamientos ético-políticos sobre el conflicto armado en el departamento del Cesar varían ya que en ambos cursos conviven alumnos cuyos familiares han sido pasados por falsos positivos o desplazados por el conflicto armado, o son hijos y nietos de campesinos cuyas tierras fueron arrebatadas por diferentes actores del conflicto, junto a jóvenes practicantes de las diferentes comunidades religiosas que se asentaron en el territorio (pentecostales, católicos, cristianos, testigos de Jehová, entre otras).
Asimismo, las condiciones económicas son distintas para ciertos grupos de estudiantes. Pocos se encuentran en situaciones de privilegio, y muchos cuentan con trayectorias familiares y personales en condiciones de precarización objetiva y subjetiva. También se encuentran aquellos alumnos que trabajan y, por otra parte, los que solo se dedican a su formación. En su gran mayoría, esta población estudiantil se compone de mujeres, algunas con familias ya formadas, madres autónomas, y no pocas con experiencias y situaciones de abusos y violencias sexuales y de género, además de población migrante o binacional proveniente de Venezuela.
Seguidamente, se pensó en la articulación de las asignaturas pensando en unas unidades comunes que correspondieran a tópicos clave para el perfil de un gestor cultural, delimitando su alcance frente a las demás disciplinas y las ciencias humanas y sociales. Además, se tuvo en cuenta el perfil profesional de cada uno de los docentes a cargo pues, si bien estaban presentes en ambos cursos para tensionar conceptos y encontrar rutas armonizadoras, eran lugares de enunciación que no debían pasarse por alto o invisibilizar. En la tabla 1 se amplía la información al respecto.
Tabla 1. Armonización de las asignaturas de Gestión de Espacios de Memoria y Cultura de Paz
Criterios organizadores |
Descripción |
Memoria |
Cultura de paz |
Epistémico |
Conceptos formales en los trabajos de paz y memoria en los estudios realizados en América Latina, especialmente Argentina, y en Noruega. |
Memorias oficiales, en disputa, subalternas, individuales, colectivas, memoria personal, colectiva e histórica, espacios y lugares de memoria. |
Paz positiva, paz negativa, paz neutra, paz imperfecta, cultura de paz, paz cultural y paces. |
Didáctico |
Organizados en preguntas o conceptos centrales semanales, que permitían enfocar la reflexión individual y colectiva. |
¿Cuáles son los conceptos de memoria? ¿Memoria o memorias? ¿Por qué investigar la memoria histórica en Colombia y en el departamento del Cesar? ¿Cómo presentar y apropiar los resultados de investigaciones sobre memoria histórica? ¿Cuáles son los retos de gestionar espacios de memorias en el Cesar? |
¿Cómo es posible definir la paz? Metodologías para investigar la paz/paces, comunicación para la paz/paces, intervención y proyectos en paz/paces en Colombia. |
Evaluativo |
Estrategias didácticas con doble propósito: diagnóstico y evaluación numérica. Además, proyectos colectivos que permiten poner en escena los conceptos y reflexionar sobre ellos. |
Aplicación reflexiva en el territorio y de uso en su vida profesional. |
Vivencial, aplicado a la construcción de sus propias paces cotidianas. |
Innovador/ disruptivo docente |
Planeación conjunta del programa y reflexión sobre las implicaciones del trabajo individual y colectivo, tomando como referencia el perfil del gestor cultural y comunicativo. Poner en escena del aula, como lugar de enunciación, la formación de antropóloga de la profesora mujer indígena y la de comunicador del profesor hombre mestizo. Se trabajaron los saberes previos, entendiendo que «lo previo» es saber que existe la suma, no que sepan sumar. |
Conversaciones profundas iniciales para reflexionar, pensar, articular y estar abiertos a los resultados no esperados. La forma en que los estudiantes pueden recibir los conceptos y categorías. Responsabilidad con los alumnos. El acogimiento y el cuidado del otro, en sus dimensiones individuales y colectivas. Gestionar los afectos. Para escuchar otras voces y visiones sobre los temas tratados, se tuvieron diferentes invitados: el profesor Julián Alejandro Osorio Osorio, con la charla «Patrimonio y memoria en Colombia», además de investigadores de diversas partes del país para compartir sus experiencias de investigación en temas de memoria, conflicto y paz: Adrián Arcila Parra (Antioquia), María Teresa Suárez (Bogotá), Adriana Espinel Rubio (Cúcuta) y Lucía Meneses Lucumí (Valledupar) sobre la experiencia del «Laboratorio de Paz Territorial». Igualmente, se invitó a profesionales en campo para hablar sobre la intervención en paz y memoria: Sandybel Arévalo Peñaranda, a propósito de «Guardianas de la memoria: resistencias juveniles frente al conflicto armado», y Tatiana Olejua con la experiencia de Parcomún y RedConcerto. |
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Innovador/ disruptivos estudiantes |
Se entienden las experiencias de sus familias, víctimas de conflicto armado, que en los cursos se pusieron de manifiesto para su discusión y contraste. Además, las transformaciones que vivieron individual y grupalmente en ellos a partir de sus propias historias para resignificarlas o encontrar formas de resistencia. |
En la lectura y la escucha de las historias de sus compañeros, se pudieron reconocer como víctimas del conflicto armado. Las investigaciones sobre casos de memoria permitieron comparar y dimensionar la magnitud del conflicto armado en Colombia. |
Que hicieran consciente la dificultad de reconocer las diferencias para estrechar vínculos y agenciarlos entre ellos. Seyrimaku Crespo, estudiante arhuaco: «Me siento solo, a pesar de estar acompañado». Detonante para comprender cómo se estaban sintiendo todos. |
Contexto |
El territorio donde hace presencia la universidad y desde el cual hablan los estudiantes. Es el lugar que habitan y en el que accionan y agencian sus realidades en el aula. A la par del desarrollo de la asignatura, los estudiantes y docentes asistieron a diversos eventos colectivos5 en los que se pusieron en tensión los conceptos. |
Evento de pedagogía para el informe de la Comisión de la Verdad en la ciudad de Valledupar. |
Entrega de los informes de las comunidades organizadas de los departamentos de Cesar y La Guajira a la Jurisdicción Especial para la Paz en la Universidad Nacional de Colombia, Sede de La Paz. |
Fuente: elaboración propia
Figura 3. Participación de los estudiantes del programa de Gestión Cultural y Comunicativa en el evento «Hay futuro si hay verdad»
Fuente: fotografía tomada por los estudiantes asistentes
Lo que se hizo
Durante el desarrollo de las dos asignaturas, se realizaron diferentes estrategias en el aula con el fin de alcanzar los objetivos propuestos en el programa de cada una de ellas. Algunas fueron: el trabajo de activación de memoria personal con una fotografía, las lecturas dirigidas, las investigaciones para exposiciones, la construcción de preguntas sobre la gestión de espacios de memoria en el Caribe, la elaboración de mapas mentales, e informes escritos sobre los eventos a los que se asistió. A continuación, se describen las actividades que tuvieron más tiempo de desarrollo y mayor impacto para las metas de aprendizaje de estas materias.
Figura 4. Actividad conjunta con el Centro Cultural sobre Memoria y Territorio en la Universidad Nacional de Colombia, Sede de La Paz
Fuente: piezas gráficas del Centro Cultural del Banco de la República, sede Valledupar, y archivo fotográfico de los profesores autores
En la asignatura de Cultura de Paz los estudiantes llevaron a cabo un trabajo colaborativo, entendido como «el empleo didáctico de grupos reducidos en que los alumnos trabajan juntos para maximizar su propio aprendizaje y el de los demás» (Johnson et al., 2000, p. 5, como se cita en Instituto Nacional de Capacitación Profesional [INACAP], 2017, p. 14). De esta forma, desarrollaron un ejercicio en el tablero en el que desglosaron dos textos que todos debían leer antes de llegar al aula: «Hacia una constelación de paces y desarrollos en Colombia» (Juajibioy, 2022) y «Colombia: Marca no registrada» (Rincón, 2001). Así, distribuidos en dos equipos, hicieron el siguiente trabajo: el grupo uno se encargó de llevar a clase información suficiente de artículos, acuerdos, resoluciones, políticas públicas, decretos, etc., que existiera en Colombia sobre la paz; el segundo, entretanto, indagó sobre teorías, abordajes, paradigmas, dimensiones, categorías y conceptos sobre paz con su respectiva bibliografía.
El resultado final del trabajo colaborativo fue un mapa en el tablero que mostraba una pirámide de Kelsen cuyos niveles estaban relacionados con las políticas públicas, leyes y decretos sobre conflicto armado y construcción de paz en Colombia. El ejercicio buscaba ubicar conceptos, teorías, abordajes y dimensiones vinculados al concepto de paz y establecer su asociación con las memorias. Por otro lado, el propósito era conocer el marco jurídico y normativo general relacionado con el conflicto armado, la superación de la guerra y la paz y la memoria en Colombia.
La pirámide de Kelsen se distribuyó en orden cronológico y según el alcance jurídico de cada nivel. En el caso de lo normativo, se establecieron tres categorías: legal, sublegal y fundamental, y a partir de ellas se organizaron cronológicamente las leyes, los decretos, las ordenanzas y los artículos de la Constitución Política de Colombia. Para mayor información, ver la figura 5.
Figura 5. Taller de trabajo colaborativo sobre paz, memoria y política pública en Colombia
Fuente: fotografía tomada durante la realización del taller
Uno de los resultados de este trabajo fue la comprensión de que en el país se ha atravesado por una legislación alrededor del conflicto armado colombiano y, a partir de ahí, de la construcción de paz. Así, si bien los estudiantes conocían las características generales del Acuerdo de Paz firmado en el gobierno del expresidente Juan Manuel Santos Calderón, pudieron dimensionar que existe una legislación previa y de carácter vinculante con los procesos vividos. También hay que mencionar que este panorama que ellos mismos construyeron les permitió reconocer el espectro laboral que tienen como gestores culturales y comunicativos en la región y en el país, el marco jurídico como accionador de sus estrategias y el compromiso ético con una sociedad justa, equitativa y en paz.
Asimismo, gracias a la investigación sobre los aspectos más teóricos de la paz, como categoría de las ciencias sociales, los estudiantes comprendieron ampliamente las implicaciones de este concepto, sus derivaciones y apuestas. Por tanto, se identificaron las formas en que ha sido nombrada la paz, muy próximas a los momentos que se han vivido en el país durante el conflicto armado: paz positiva, paz negativa, paz neutra, cultura de paz, paz cultural, paces, paces imperfectas, entre otras, y lo que se espera sea ese escenario de transición hacia lo que el gobierno del presidente Gustavo Petro Urrego ha concebido como la paz total.
Otra de las estrategias que tuvieron impacto en los estudiantes fue el evento «Gestar espacios pacíficos», un ejercicio de aprendizaje basado en desafíos, definido como:
Una estrategia que confronta al estudiante con una situación problemática real de su comunidad. El desafío se decide de manera colaborativa a partir de temas amplios que presenta el docente. Implica que los estudiantes analicen e investiguen los aspectos necesarios para generar propuestas que atiendan las necesidades reales de la comunidad, los resultados obtenidos deben ser socializados una vez resuelto el desafío (Fundación Carlos Slim, 2016; Observatorio de Innovación Educativa del Tecnológico de Monterrey, 2015, como se citan en INACAP, 2017, p. 37).
El desafío principal de este espacio era que los estudiantes del programa que asistieran pudieran generar una disposición a la construcción de paces en sus relaciones cotidianas, inicialmente dentro de la universidad. El ejercicio que se desarrolló en la tercera y cuarta semana de la asignatura fue concebido, diseñado, ejecutado y evaluado por los alumnos. Según ellos, esta actividad tenía como objetivo «fortalecer los vínculos entre los estudiantes de Gestión Cultural y Comunicativa, utilizando las artes a través de espacios participativos capaces de construir una cultura de paz que reconozca la diversidad en contextos interculturales» (Programa de Gestión Cultural y Comunicativa, 2022, p. 1). La metodología para el evento estaba concebida para tres momentos así:
Las expresiones artísticas tendrán fuerte relación con el primer momento de reconocimiento de las diversidades para la construcción de paces y un segundo momento en donde se pretende legitimar y darles valor a los asistentes por medio de la identificación de sus acciones generadoras de violencia, el desprendimiento simbólico de estas y sus reflexiones posteriores acerca de su rol como gestores de paz en contextos marcados por la diferencia y la interculturalidad. Posterior al primer momento de reconocimiento, se va a presentar un monólogo que va a representar esa ruptura de la paz a través de situaciones violentas por las que posiblemente ha pasado la mujer, violencias estructurales que afectan la relación de la mujer con su entorno, el territorio que habita y la cultura con la que convive. Finalmente, tras el segundo momento de legitimación y drenaje de acciones violentas, se pretende cerrar la programación con la presentación de un poema que pone en centro el proceso de construcción de una paz imperfecta a través de representación de la resistencia (Programa de Gestión Cultural y Comunicativa, 2022, p. 2).
La convocatoria se realizó por las diferentes redes sociales y mediante voz a voz con los estudiantes del programa empleando una pieza visual de invitación al evento (figura 6). El encuentro se llevó a cabo en el ágora de la Sede de La Paz y tuvo una participación de más de noventa alumnos de la carrera el jueves 30 de junio, en la jornada de la tarde. En un primer momento, el desarrollo de la actividad se caracterizó por la relación de las artes con la gestión cultural y comunicativa a través de la interpretación de una canción que transmitía un mensaje de igualdad y permitió contextualizar el tema de las paces.
En un segundo momento, se abrió un espacio de reconocimiento de las diversidades como un factor clave para la construcción de paces. Para ello se trabajó la técnica del mural de situaciones, guiado por las preguntas: ¿te sientes excluido o incluido dentro del programa GCC?, ¿por qué?, ¿cómo es la relación entre los compañeros dentro de la carrera de GCC?, ¿cómo se pueden integrar las diversidades en el programa de GCC? Estos interrogantes permitieron generar la participación de los asistentes en función de sus percepciones, opiniones e interpretaciones sobre lo que estaban viviendo.
Posteriormente, se invitó a los asistentes a observar e interpretar lo que habían expresado individualmente en el mural y hacer una lectura compartida, y luego se hizo una socialización desde lo que habían percibido en conjunto con las participaciones. El resultado dejó una sensación muy fuerte sobre los mecanismos de exclusión mutua entre los compañeros por las diferencias y diversidades que se hacen presentes en el aula y por fuera de ella. De tal modo fue evidente que, efectivamente, las relaciones entre los estudiantes del programa no se manejan de manera adecuada ante la ausencia de mecanismos de solución de conflictos y diferencias de distinta naturaleza. Lo más llamativo en particular de este ejercicio estuvo en las respuestas de la tercera pregunta, pues fue el mural con menor número de respuestas, y las pocas que se consignaron hacían referencia a áreas institucionales como Bienestar o al desconocimiento de posibilidades concretas de integración.
En este mismo sentido, el tercer momento se abrió con el monólogo de una de las estudiantes, llamado «Soy», que habló sobre la apropiación del cuerpo, el territorio, la cultura y la naturaleza, y con el cual se quiso enfatizar en la sanación del cuerpo y del alma frente a las violencias de género y el machismo. En palabras de la autora:
Soy es un discurso impersonal que da cuenta del proceso de empoderamiento que tiene una mujer, que a lo largo de su vida ha sufrido de violencia de género y otros abusos. La narrativa marca una ruta por su historia y de la misma manera por los hitos de lucha y de interiorización que pone en conexión lo que sabía que tenía, pero había olvidado: su identidad (Programa de Gestión Cultural y Comunicativa, 2022, p. 3).
Figura 6. Fotografías del proyecto final «Gestar espacios pacíficos»
Fuente: diseños y fotografías tomadas por estudiantes de las asignaturas de Gestión de Espacios de Memoria y Cultura de Paz, periodo 2022-1
Discusiones en lo local e inquietudes emergentes
El desarrollo de las dos asignaturas en el programa de Gestión Cultural y Comunicativa tuvo diversas discusiones relacionadas con actores, circunstancias y contextos de uso de los conceptos y de utilidad profesionalizante. A continuación, se desarrollan cada uno de ellos.
Con respecto al uso de los conceptos, apareció una discusión interesante relacionada con los significados de la paz y la memoria en un contexto regional en el que el conflicto armado no ha cesado y las familias de los estudiantes aún no acceden a reparaciones por hechos victimizantes como los mal llamados falsos positivos, el secuestro, el despojo de tierras, entre otros. Esta inquietud es el reflejo de expresiones personales e individuales en clase que muestran que el proceso de sanación está iniciando y que llevará mucho más tiempo para poder reconfigurar vínculos personales. Sin embargo, para otros, simplemente, no hay esperanza en lo que se está construyendo. Por tanto, allí hay un trabajo pendiente de los profesionales de las ciencias sociales para acompañar, agenciar y gestionar otra serie de procesos que permitan avizorar un mejor porvenir. A nivel institucional, para la Sede de La Paz de la Universidad Nacional de Colombia será una tarea ineludible el acompañamiento permanente de estos estudiantes.
Algunas de las preguntas interesantes en el desarrollo de las asignaturas fueron: ¿cuáles van a ser las memorias que, convertidas en relato, van a dar voz principal a unos actores o a otros cuando de espacios de memoria oficiales y colectivas se trate?, ¿de qué manera las narrativas sociales y comunitarias pueden verse tensionadas frente a los procesos de institucionalización de lo histórico en los territorios? Estos cuestionamientos aparecieron en las discusiones y fueron los estudiantes quienes, de acuerdo con sus historias de vida contextualizadas en el conflicto armado, respondieron tomando una u otra posición. No obstante, serán los futuros profesionales quienes marquen la construcción de determinados caminos hacia la reconciliación. En palabras del profesor Julián Osorio, invitado a la clase de Gestión de Espacios de Memoria, se lanza una advertencia sobre estas elecciones futuras: «patrimonializar la memoria es hacer que las víctimas pierdan el poder que tienen sobre los relatos» (J. Osorio, comunicación personal, 31 de mayo de 2022).
Para el ejercicio del examen final de la asignatura, los estudiantes construyeron un banco de preguntas. Entre estos interrogantes se destacan: ¿para la sociedad que ha sufrido directa e indirectamente el conflicto armado sería más conveniente habilitar espacios de memoria viva o memoria para el recuerdo?, ¿cuál es el papel del gestor cultural en los espacios de memoria subalternos?, ¿por qué la memoria puede construir paz, pero también espacios de guerra?, ¿cómo cree usted, futuro gestor cultural y comunicativo, poder contribuir con la memoria para la paz?, y ¿es posible, a través de la construcción de esta memoria, la conservación de las raíces culturales de la región y lograr una conciliación?
Estas preguntas, sin duda, no tuvieron respuesta en el desarrollo de las asignaturas, pero el hecho de que los estudiantes las hayan formulado señala un interés por pensar su accionar cuando se enfrenten a estos conceptos en su vida profesional. Por tanto, estas inquietudes planteadas por los alumnos en sus propias palabras y en su propia voz continúan, amplían y profundizan los interrogantes centrales que los docentes propusieron para llevar adelante ambos cursos. Lo interesante de este ejercicio de reflexión y cuestionamientos compartidos en el aula es que no tienen respuestas prefabricadas, ni unívocas, por lo que responderlas formará parte del criterio con el que accionen profesionalmente las memorias y las paces.
Por otra parte, también es importante mencionar que la gestión cultural y comunicativa, como campo de estudios en construcción, implica reconocer los distintos escenarios de elaboración de memorias y paces. De esta forma, profesionalmente puede existir una mirada, desde esta disciplina en cuestión, que diferencie los ejes de actuación en lo que implican las apuestas de otros profesionales de las ciencias sociales como los antropólogos, los politólogos, los historiadores, etc., que por tradición han estado trabajando sobre estas categorías. Con base en este derrotero, los autores pensaron en posibilidades de acciones relacionadas con sus construcciones sociales, entre las cuales emergieron:
• Agenciar vínculos y sentidos que impliquen el abordaje, el acompañamiento y el cierre de los espacios en los que se construye la memoria.
• Métodos y técnicas de investigación e intervención en ciencias sociales.
• Organización y gestión del espacio donde transcurre la conversación sobre memoria para ganar la disposición al diálogo de los actores.
• Reescritura y primera evaluación de los informes, y acompañar a las comunidades para poner en sus palabras los documentos (retroalimentación), recogiendo lo que las personas quieren decir de forma adicional.
• Socialización de una segunda versión para puntualizar o extender el contexto, incluyendo expresiones locales, lo dicho y lo que está por decir.
• Apropiación del formato de informe y formas de difundirlo.
Por último, los resultados del ejercicio dan muestra de la necesidad de ampliar estas experiencias en otras dimensiones de la práctica docente en los marcos anteriormente expuestos. En todo caso, es posible coincidir con otros autores al decir que el desempeño de los profesores en relación con la responsabilidad con el otro implica, según Ortega (2014, como se cita en Fernández, 2020):
(1) una renuncia al yo para que el Otro sea reconocido; (2) Asumir la vulnerabilidad humana del Otro, elevándolo; (3) Salir al encuentro del Otro desde su realidad; (4) Ver en el Otro lo que otros no ven, mirar con la mirada interior de la compasión; (5) Entender la tarea educativa como un acto de amor: de entrega y de donación de sí y de sus saberes (p. 6).
Asimismo, Fernández (2020) continúa afirmando que
Ser responsable entonces se refiere a estar atento, a «escuchar de verdad a quien tenemos delante» (Bárcena, 2016, p. 193) para darle respuesta a sus aspiraciones que se expresan desde situaciones, lugares y lenguajes diferentes y que llevan consigo un rostro. Se responde a alguien que descentra y saca al educador de sí mismo para situarse al otro lado y, así, preocuparse y ocuparse de este (Romero & Gutiérrez, 2011). Se responde para brindar hospedaje y acogida porque se dota al Otro de importancia: para que importe lo que le pasa hay que verlo y para verlo hay que amarlo (Maturana, 1996) (p. 5).
Estas ideas permiten asomarse a los desafíos que enfrentan quienes están inmersos en prácticas innovadoras y disruptivas, pero profundamente sensibles cuando se parte del otro, de sus experiencias, que incluso pueden llegar a ser realmente traumáticas, para transitar por un proceso formativo. Las preguntas que emerjan de estas reflexiones generarán seguramente más insumos para el desarrollo de la Sede de La Paz en los años posteriores.
Conclusiones (¿qué se logró con los estudiantes?)
Un programa de asignatura o la asignatura en sí misma no garantiza que todo lo pensado, problematizado o aspectos por lograr se llevará a cabo en su totalidad, o se desarrollará tal como se pensó, o logró dar respuesta y solución absoluta a problemas específicos del contexto. Con esto presente, es importante reconocer los aspectos vinculantes dentro de la apuesta de la Universidad Nacional de Colombia, Sede de La Paz, que pueden ser considerados como resultados positivos, al tiempo que se deben considerar otros que, si bien no fueron pensados, emergieron en el desarrollo de las clases.
Asimismo, hay que advertir que la evaluación de esta experiencia está anclada a las percepciones y evaluaciones finales que hicieron los mismos estudiantes. Por tanto, es un resultado positivo que unas asignaturas como estas logren tener sentido por el reconocimiento que logran de las problemáticas de memoria y paz, y por su ubicación en el contexto del Cesar y la región Caribe. Dichos reconocimientos y sentidos también se construyeron gracias a la apertura y a la responsabilidad con las historias de los estudiantes por parte de unos profesores sensibles al territorio, en el que también se reconocieron actores-participantes. Así, según Fernández (2020),
la responsabilidad se constituye en un comienzo en el Otro: con su presencia, su lejanía, su cercanía, con su palabra y su misterio, es decir, un Otro que coloca, que entrega, que ofrece lo suyo (Skliar, 2005). Por consiguiente, maestros y maestras hacen las cosas por el Otro, para el Otro y con los Otros (Antelo, 2009) (p. 5).
Por tanto, el aprendizaje también provino de la experiencia de los participantes de este espacio formativo. Ello lleva a considerar que, posiblemente, el modelo pedagógico de la sede solo funciona cuando los conceptos son aprehendidos a partir de la historia propia y atravesados por la experiencia de los alumnos. No obstante, esta consideración, aunque significativa y orientadora para la práctica docente, será abordada en estudios posteriores para evaluar su veracidad en otros escenarios educativos.
En este orden de ideas, como conclusión se destaca que, a partir de esta experiencia pedagógica, varios de los estudiantes pudieron reconocer y situar experiencias de generaciones familiares anteriores a ellos que vivieron el conflicto armado en el departamento del Cesar y en la región Caribe. Ello implica reconocerse como parte de familias que fueron víctimas y, por tanto, algunas de sus condiciones de vida actuales son resultado de ese proceso.
Asimismo, en casos muy particulares, el ejercicio conllevó, más allá del reconocimiento, una reflexión profunda sobre ¿qué implica reconocerse como víctima?, ¿qué emociones despierta?, y ¿de qué manera se significan los procesos de memoria y paz a partir de este trayecto biográfico? Si bien existen diferentes formas de nombrar al sujeto que habita este contexto como víctimas, sobrevivientes o testigos, lo más potente habita en el reconocimiento de sí en un tiempo y un espacio anclado a procesos sociales e históricos más complejos.
En términos afectivos, el proyecto final Cultura de Paz visibilizó las soledades que sienten varios de los estudiantes del programa de Gestión Cultural y Comunicativa y puso en evidencia que estas son, además, compartidas. De tal forma, algunos estudiantes afirmaron: «No te ocurre solo a ti; a mí también me pasa». Ello permitió generar una sensibilidad frente al otro que, aunque presente materialmente, no había sido del todo incorporada desde sus otras dimensiones. Cabe resaltar que, durante la asignatura inicial de Gestión de Espacios de Memoria, se llevaron a cabo distintos ejercicios en torno a actividades de activación de memorias individuales y colectivas que movieron fibras sensibles para generar una disposición a la construcción de paz, lo que en últimas posibilitó tejer el trabajo final.
En esta misma línea, los estudiantes dimensionaron la importancia de generar mecanismos individuales y colectivos de afrontamiento al disenso, al conflicto, al otro que siempre se presentará diferente. A su vez, reconocieron que la resolución de estas discrepancias no puede reducirse a la regulación institucional de las circunstancias que diariamente viven en la universidad entre compañeros, con los docentes y demás personas de la comunidad académica.
Por otra parte, vale decir que los docentes también se atrevieron a aprender de sus estudiantes y de la forma como le dieron sentido a la construcción de memoria y de paces. Al respecto, es importante acotar que ambos profesores no habían orientado cursos relacionados con memoria y paz; este fue el primer ejercicio, y se tuvo el privilegio de aprender junto a los alumnos, sus memorias, lo que había ocurrido en sus propios territorios y sus implicaciones para la conformación de paz.
Finalmente, a pesar de lo corto del módulo, los estudiantes lograron leer experiencias de construcción de memorias y paces en otros países para entender las estructuras de larga duración en el contexto del conflicto armado colombiano. Asimismo, se plantearon elementos iniciales para discutir la gestión de espacios de memoria próximos y la construcción de paces desde la perspectiva de la gestión cultural y comunicativa.
Para cerrar, se transcribe literalmente un poema escrito y declamado por Eduardo Luis Surmay Osorio, estudiante de Gestión Cultural y Comunicativa, para el cierre del evento «Gestar Espacios Pacíficos», del 30 de junio de 2022, en la Universidad Nacional de Colombia, Sede de La Paz. Este texto, más que un producto de aula, sintetiza las preocupaciones, las esperanzas, las intenciones pedagógicas de lo hecho y de lo que se está por construir en temas de memoria y paz.
Colombia quiere paces
Por más de 50 años
el territorio no deja de sangrar,
a causa
de las guerras
que todavía parecen no cesar.
Pero este no es el único motivo de nuestro quebrantar.
Las
violencias silenciosas como el mal hablar
son parte de nuestro mal
que no nos deja sanar
al no respetar la diversidad que en nuestro
territorio podemos encontrar.
Vuelve, juega y no para de contar.
El racismo, la homofobia y el
machismo
también son conflictos que como comunidad debemos
enfrentar
desde nuestro ser,
que juicios de valores tiene
ya,
establecidos desde nuestro hogar.
Por tal razón, la importancia de reflexionar
y mirar al otro como
un ser humano más,
el cual tiene los mismos derechos que tú y
yo,
en el marco de un país lleno de multi y pluriculturalidad.
Suena doloroso, pero es la verdad,
resistiendo al olvido
estructural han tenido que estar,
soportando el odio y la exclusión
de nuestra sociedad
en la que le damos más valor a lo monetario que
a la humanidad.
El hambre y la sed no dan dolor
si la muerte no se cruza y lleva
todo a su pasar.
Los comentarios con lenguaje de rencor no van a
importar
si un suicidio este no va a dejar.
La lengua larga, como le solemos llamar,
da cuenta de nuestra
inseguridad
que queremos disimular
por medio de la otredad.
Recalcar que aún estamos a tiempo de co-construir paz en la UNAL,
en
donde la perfección o el plano ideal no sea nuestro final,
sino que
resistir y dialogar en el marco de la diversidad
sean bases para la
construcción del tejido social.
Declaración de aspectos éticos
Los autores declaramos que el manuscrito/proyecto cuenta con el aval institucional del Comité de Investigación y Extensión de la Universidad Nacional de Colombia, Sede de La Paz. Igualmente, declaramos que los datos recopilados en las bitácoras y que fueron analizados para el presente documento contaron con la participación y el asentimiento informado de los estudiantes de los cursos, mayores de edad, en el marco de las actividades declaradas para cada espacio académico.
Por ser una investigación que sistematiza una experiencia en la Universidad Nacional de Colombia, Sede de La Paz, se tuvieron en cuenta las sensibilidades manifiestas por los estudiantes de los diferentes grupos étnicos y poblacionales que participaron en ambas asignaturas. Asimismo, se recoge, como fruto del ejercicio creativo de aula, el poema con el que se cierran las conclusiones de autoría exclusiva del estudiante Eduardo Luis Surmay Osorio, del programa de Gestión Cultural y Comunicativa.
Contribución de los autores
Lucía Eufemia Meneses Lucumí: formulación y realización de la experiencia, sistematización de la información y construcción del artículo. Tuvo a cargo la asignatura de Gestión de Espacios de Memoria y fue acompañante en la asignatura de Cultura de Paz.
Andrés Alejandro Vargas Rubio: formulación y realización de la experiencia, sistematización de la información y construcción del artículo. Tuvo a cargo la asignatura de Cultura de Paz y fue acompañante en Gestión de Espacios de Memoria.
Declaración sobre conflictos de interés
Los autores declaran la inexistencia de cualquier tipo de conflicto de interés (legal, personal, académico, etc.), respecto a la publicación del artículo en la revista Jangwa Pana, que pudiera afectar la rigurosidad de la publicación.
Agradecimientos
En primera instancia, los autores agradecen a los estudiantes del programa de Gestión Cultural y Comunicativa de la Universidad Nacional de Colombia, Sede de La Paz, que participaron de los cursos de Gestión de Espacios de Memoria y Cultura de Paz en el periodo 2021-1. De manera particular, al estudiante Eduardo Luis Surmay Osorio por permitirnos publicar su poema de fin de curso junto con este documento.
Asimismo, se agradece a los evaluadores de este manuscrito por su rigor en la evaluación, sus comentarios y recomendaciones, y finalmente por el reconocimiento de la dimensión ética puesta en juego en cada encuentro en el aula donde el cuerpo y los saberes permitieron construir paces.
Referencias
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Universidad Nacional de Colombia. (2022b). Plan Global de Desarrollo 2022-2024. https://plei2034.unal.edu.co/fileadmin/Documentos/2022.09.16_PGD_2024_OCE_Libro_V01.pdf
1 Que establece los lineamientos básicos del proceso de formación en la Universidad Nacional de Colombia.
2 Los GEA están reglamentados a través del Sistema de Acompañamiento Estudiantil por el Acuerdo 028 de 2010 del Consejo Académico.
3 Al respecto, la rectora Dolly Montoya (periodos 2019-2021/2022-2024) señala la necesidad de «bajar de los escritorios al territorio», haciendo alusión a los saberes científicos y a quienes los producen ―investigadores y docentes― para ponerse en sintonía con las necesidades de los actores que habitan y agencian procesos en las diferentes sedes donde la Universidad Nacional hace presencia.
4 Al respecto, los autores agradecen las sugerencias y las recomendaciones de la profesora María Emma Wills, con quien se sostuvieron conversaciones a fin de poder presentar ambas categorías en los cursos con las ideas recogidas de la experiencia colombiana, a partir de su recorrido en asignaturas similares en otras instituciones donde ha trabajado.
5 Conferencia «Recuperación de memoria: relatos, sesiones, mitos, leyendas y creencias», a cargo de María Ruth Mosquera, investigadora del Banco de la República (mayo 10 de 2022); encuentro «La verdad para un futuro posible», de preparación para la entrega del informe final de la Comisión de la Verdad, organizado por la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición y realizado en el Hotel Sicarare de Valledupar (14 de junio de 2022); taller «Jóvenes V + Jóvenes por la presentación de la verdad», en la Universidad Nacional de Colombia, Sede de La Paz (martes 19 de abril de 2022); presentación de los informes de las comunidades víctimas afros y campesinas a la magistrada Belkys Izquierdo, presidenta de la Sala de Reconocimiento de Verdad, de Responsabilidad y Determinación de Hechos y Conductas de la Jurisdicción Especial para la Paz, Sede de La Paz (junio 16 de 2022); asistencia virtual a la transmisión de la entrega del informe final de la Comisión de la verdad desde la Sede de La Paz (28 de junio de 2022).