ATENCIÓN A LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD EN LA REGIÓN DE PIURA
Neus Caparrós-Civera1, Esther Raya-Diez2
1. PhD. Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales. Universidad de La Rioja. España. Correo electrónico: caparros@unirioja.es. ORCID ID: 0000-0003-2166-8272
2. PhD. Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales. Universidad de La Rioja. España. Correo electrónico: esther.raya@unirioja.es. ORCID ID: 0000-0002-8688-5676
Tipología: Artículo de Investigación Científica y Tecnológica.
Fecha de Recepción: 17/12/2015
Fecha de Aceptación: 21/06/2016
Como citar este artículo: Caparrós-Civera, N. & Raya-Diez, E. (2016). Atención a las personas con discapacidad en la región de Piura. Jangwa Pana, 15 (2), 149 - 164.
RESUMEN
El artículo recoge el camino recorrido por un proyecto de cooperación sobre las personas con discapacidad en la región de Piura. Se presenta haciendo referencia a dos movimientos físicos, el de rotación y el de traslación, como figuras de referencia que nos sirven para enmarcar todas aquellas acciones que se llevaron a cabo, antes, durante y después de la estancia. La principal razón para emprender el proyecto era la motivación existente que brinda la propia concepción del trabajo social como disciplina comprometida con la realidad de aquellas personas menos favorecidas socialmente. El proyecto aquí expuesto responde a la inquietud de visibilizar a un colectivo oculto en la realidad estudiada, las personas con discapacidad, con el anhelo de que acciones como estas ayuden a que se emprendan más dentro y fuera del territorio que favorezcan su desarrollo y bienestar.
Palabras Clave: Cooperación universitaria; discapacidad; practicum de trabajo social; movimientos de rotación y traslación.
SOCIAL CARE OF PEOPLE WITH DISABILITY IN PIURA REGION
ABSTRACT
The article reflects the work done in a cooperation project on people with disabilities in the region of Piura. Is presented with reference to two physical movements, rotation and translation, reference figures that we used to frame all the actions that were carried out before, during and after the cooperation. The main reason for undertaking the project was the motivation provided by the concept of social work as a discipline committed to the reality of those less favored. The project responds to the concern to make visible a hidden group in the reality studied, people with disabilities, with the hope that actions like this will be increasingly in the territory and outside to encourage their development and welfare
Keywords: University cooperation; disability; social work practicum; rotation and translation movements.
INTRODUCCIÓN
Conocer una realidad, ser capaz de hacer comparaciones, tomar la distancia suficiente para analizar las potencialidades y las deficiencias, marcarse objetivos y las actividades para la consecución de esos objetivos, son unas de las primeras consideraciones que mueven a todo trabajador social ante una realidad que precisa intervención. En el marco de la cooperación, en este caso universitaria, las consideraciones son las mismas, pero la diferencia es que la realidad que debe ser abordada, se sitúa en un contexto sociocultural y geográfico diferente.
La cooperación universitaria al desarrollo se entiende como la cooperación de las universidades en los procesos de desarrollo socioeconómico. Siendo esta una parte de la Cooperación Internacional, tal como queda recogido en el documento de trabajo aprobado por la CRUE (Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas) en septiembre de 2000:
La cooperación universitaria al desarrollo se entiende como la cooperación de las Universidades en los procesos de desarrollo socioeconómico. Esta cooperación o colaboración se considera en su sentido más amplio:
• La cooperación bilateral o multilateral exclusivamente entre instituciones universitarias, para compartir experiencias y recursos que se trasladen a los procesos de desarrollo en que cada Universidad se encuentre comprometida.
• La cooperación bilateral o multilateral entre Universidades y otros agentes públicos y privados, para inducir, fomentar y apoyar estrategias de desarrollo. (CRUE, 2000, p.1)
En este concepto se incluyen la cooperación y colaboración en sentido amplio, participando en el fomento y apoyo de estrategias de desarrollo, repartiendo funciones y responsabilidades, acciones implícitas en la propia cooperación y considerando el principio de co-responsabilidad esencial para hablar de verdadera cooperación.
La declaración Mundial de la UNESCO sobre la Responsabilidad Social en la Educación Superior en el siglo XXI refleja como uno de los puntos importantes la cooperación universitaria, necesaria para poder construir una sociedad con valores, valores que serán inculcados a los jóvenes, para que consoliden una futura ciudadanía democrática y para contribuir así a dar fuerza a enfoques humanistas (UNESCO, 1998).
De ahí que, desde las universidades, la cooperación deba entenderse como estrategias para poder formar y educar, para compartir experiencias, compartiendo recursos y creando otros nuevos, vinculando personas, culturas, grupos sociales y estructuras diferentes. (Comisión sectorial de la conferencia de rectores de las universidades españolas, 2009). Siendo todas ellas acciones que forman parte del quehacer del trabajador social en su práctica profesional (Solana 2001; Conferencia directores de Trabajo social, 2007; Corrales, 2014).
Para llevar a cabo cualquier intervención es necesaria la realización de diferentes pasos para garantizar el éxito. En este sentido, el primer paso será implicarse con el que será el objeto de intervención. En nuestro caso se eligió atender la situación de las personas con discapacidad en países en vías de desarrollo, Perú y Ecuador donde, como cooperantes, se realizó la primera toma de contacto con el problema objeto de estudio, su análisis y comprensión.
Implicarse conlleva irremediablemente complicarse, segundo paso. Y complicarse significa preguntarse sobre el alcance del problema, las consecuencias para la población en particular y para la sociedad en general. Este segundo paso pone de manifiesto el interés por trabajar con dicha situación, y deriva en el tercer paso, preocuparse.
Preocuparse en una doble acepción: en la de sentir que el problema nos afecta, nos incumbe y que tenemos que hacer algo con ello; y en el sentido de pre-ocuparse, de hacer algo previo para poder atender la cuestión. Y este tercer paso se realizó mediante la recogida sistemática de información y el contraste de los puntos de vista de los diferentes actores implicados.
A partir de ese momento, el papel del equipo de trabajo consiste en explicar(se), cuarto paso, tras analizar la información recopilada. El estudio de los datos permite responder a la pregunta sobre cuáles son los problemas, qué factores los producen, cuáles son las prioridades de intervención, conforme a cuáles organizar la intervención a desarrollar, lo que conduce al quinto paso: aplicarse.
El texto que aquí se presenta describe las diferentes fases y los movimientos de rotación y traslación que conlleva todo proyecto de intervención en la realidad social, a partir del análisis de caso, de un proyecto de cooperación universitaria al desarrollo, que en su planteamiento asume la estrategia establecida en el año 2000 por la CRUE, la cual propone que la acción universitaria al desarrollo debe orientarse a la búsqueda de mejoras sociales, mediante la modificación de estructuras injustas, ineficientes e irracionales, a través de programas que incidan preferentemente en la generación y difusión de conocimiento, en la formación de las personas, así como en la potenciación de proyectos aplicados (CRUE, 2000).
La experiencia enseñó que la cooperación no es dar, sino sobre todo recibir, un recibir que hace valorar el sentido de accionar mecanismos que promuevan la integración social, laboral y educativa de las personas con discapacidad, porque el entorno y las posibilidades económicas, más allá de la propia deficiencia, marcan las diferencias tanto en la vivencia de la discapacidad como en las posibilidades de integración.
MATERIALES Y MÉTODOS
Todo proyecto de intervención social surge por el interés de promover un cambio o una mejora ante una situación problema existente, supone una actuación directa en el desarrollo de una realidad concreta, promoviendo la igualdad de oportunidades y de posibilidades de aquellas personas directamente implicadas.
Los cambios pueden ser de distinta naturaleza: de intervención en y con las personas; o de intervención con el entorno, con los servicios y recursos. En todos los casos, se trata de imaginarse una situación nueva que suponga una mejora que transforme la realidad (García Herrero & Ramírez Navarro, 2006); una realidad con la que desde alguno o varios puntos de vista, resulta insatisfactoria. Y con ello hacer posible el paso de la utopía que implica la idea a la plasmación del proyecto en la práctica. Los proyectos de intervención en el marco de la cooperación al desarrollo deben entenderse como una colaboración, una acción conjunta a partir de un complejo entramado relacional entre los países emisores de ayuda y los receptores de la misma, que se establece entre países con distinto nivel de desarrollo, con fines concretos planteados en términos de corresponsabilidad entre las contrapartes (Sotillo, 2011).
El proyecto de esta historia comenzó en el año 2007, cuando desde la Dirección de Estudios de Trabajo Social de la Universidad de la Rioja, se decidió presentar un proyecto en el marco de la convocatoria de Cooperación Universitaria al Desarrollo promovido por la propia Universidad, en colaboración con el Gobierno de La Rioja. Se planteó realizar el proyecto en colaboración con dos universidades latinoamericanas, la Universidad Nacional de Loja, en Ecuador y la Universidad Nacional de Piura, en Perú, ambas situadas a una distancia aproximada de 200 km., y con las cuáles la Universidad de La Rioja ya tenía firmado un convenio bilateral de colaboración. En aquel momento, 200 kilómetros vistos desde aquí, desde el Norte o desde los países desarrollados, parecía una distancia abarcable y próxima para los estudiantes que se iban a desplazar.
La idea del proyecto surgió por la confluencia de elementos diferentes que dieron lugar a todo el proceso de cooperación: conocimiento de las necesidades de la zona, aproximación a la realidad de las personas con discapacidad, conocimiento de los recursos existentes para intervenir con el colectivo, y sensibilización hacia realidades menos favorecidas.
Toda acción de cooperación se sustenta en un proyecto promovido por una entidad, con unos objetivos, una metodología y un plan de acción. El proyecto debe formar parte de una estrategia, más a menos explícita y, que se desarrolle en el marco de una convocatoria. Aunque también puede tratarse de proyectos de cooperación solidaria por parte de un grupo o comunidad, o incluso como actividad de responsabilidad social empresarial. Pero, en cualquier caso, existe un proyecto que da forma a la acción de cooperación.
El proyecto pretendía ampliar el horizonte profesional de los estudiantes de Trabajo Social, de la Universidad de La Rioja hacia la cooperación al desarrollo. Se partió de la idea de la existencia de un gran paralelismo entre la metodología de intervención social y el mundo de la cooperación, aunque en muchas ocasiones la cooperación al desarrollo no suele ser un ámbito reconocido como espacio profesional de Trabajo Social. Se centró en la atención a la discapacidad, a partir de la preocupación de una alumna de origen ecuatoriano que había constatado las diferencias existentes en la atención social a las personas con discapacidad en su país de origen (Ecuador) y el país de acogida (España).
Esta primera descripción sirvió para orientar el punto de partida del proyecto. Una primera búsqueda de información permitió constatar las menores oportunidades de este sector de población en países de bajos recursos. Según el Banco Mundial (BM) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) más de mil millones de personas viven en todo el mundo con alguna forma de discapacidad; de ellas casi 200 millones experimentan dificultades considerables en su funcionamiento; aproximadamente el 10 por ciento de la población mundial y de éste porcentaje el 80 por ciento, vive en países de bajos ingresos. Población que, como resultado de su discapacidad, muchas veces se ve excluida del lugar que les corresponde dentro de sus propias comunidades. Estas personas tienen imposibilidad de desempeñar trabajos que en los que la retribución sea suficiente, por lo que se ven apartados, excluidos de los discursos políticos. Las personas discapacitadas tienden a ser las más pobres entre los pobres dentro de una población mundial de 1,3 mil millones de personas que subsisten con menos de un dólar diario (Organización Mundial de la Salud, 2011).
El tema iba tomando forma a través de los estudios de la diplomatura de Trabajo Social, a través de sus prácticas curriculares y, gracias a ellas, un proyecto de cooperación internacional siendo el objetivo llegar a las personas con discapacidad en Piura y Loja, un colectivo invisible y poco presente en programas nacionales e internacionales.
De esta manera se pasaba a la acción. El deberíamos hacer, se materializaba en un hacer, con actuaciones concretas, ejecutando la idea en un proyecto concreto de cooperación universitaria al desarrollo (Tabla 1).
En el proceso de transformación de la idea al proyecto, “en el que a buen seguro la utopía deja algunos jirones” (García-Herrero et al., 2006, p. 8) comienza la singladura del ciclo proyecto, en un doble movimiento, que puede denominarse de rotación y de traslación, haciendo un paralelismo con los movimientos de la tierra.
RESULTADOS
En este apartado describimos el proceso desarrollado para la consecución de los objetivos previstos, explicando los conceptos básicos relacionados con el ciclo de proyecto y su aplicación al caso de estudio.
El ciclo de proyecto hace referencia a todo el proceso que se recorre desde que surge la iniciativa de la intervención hasta la evaluación de la misma. En la siguiente figura se reflejan todas sus fases:
El ciclo del proyecto puede describirse como un proceso continuo que recorre cuatro grandes fases:
a) Identificación de los problemas o Diagnóstico;
b) Diseño o Formulación;
c) Ejecución y d) Evaluación.
Desde el punto de vista analítico, estas fases se presentan claramente diferenciadas; sin embargo, en la realidad están imbricadas y, a menudo, se desarrollan de forma paralela y complementaria.
En la primera fase de Identificación de los Problemas fue importante conocer la realidad sobre la que se quiso intervenir, en todas sus dimensiones, de ahí que fuera importante realizar un análisis de la participación, en el que se debió tener en cuenta quiénes eran los agentes clave en ese entorno; por supuesto, se analizaron los problemas, situaciones problemáticas existen en la realidad, cómo se manifestaban, qué consecuencias tenían y un largo etcétera de preguntas a las que hubo que dar respuesta y que permitieran un acercamiento a la realidad objeto de intervención. Los problemas sociales, a diferencia de los recursos, son infinitos, y por ello es necesario fijar bien los objetivos, a modo de finalidades de intervención, que den realismo a la utopía y pueda adecuarse a las posibilidades del actor.
La segunda fase, denominada Diseño o formulación del proyecto, implicó describir detalladamente qué se iba a hacer. En cooperación al desarrollo es frecuente la formulación del proyecto a partir del Enfoque del Marco Lógico. En esta etapa, el objetivo consistía en que todos los actores pudieran conocer la acción a emprender en todas sus dimensiones.
La “hora de la verdad”, puede decirse que es la Ejecución del proyecto, tercera fase. En esta fase es importante reconocer qué significó llevar a cabo aquello que en un momento fue una “ensoñación” que dio origen a la programación y a poder materializarlo a través de la gestión de las acciones ideadas, poniendo los recursos existentes al servicio de la idea y dirigiendo las acciones para conseguir los objetivos pretendidos. Con frecuencia, se piensa que ésta es la verdadera cooperación, el estar en terreno, el hacer directamente algo con las personas, grupos o comunidades. Sin embargo, esta fase por sí sola, si se realiza de forma aislada del resto de fases del ciclo, puede ser más perjudicial que beneficiosa para los destinatarios de la acción. En este caso la intervención en el terreno requirió del concurso de todos los pasos previos. Y como puede verse en el gráfico, todos tuvieron un mismo peso en el círculo representativo del ciclo de proyecto.
Finalmente, la Evaluación, cuarta fase, estuvo presente desde el inicio y recorrió transversalmente todas las fases, supuso la valoración de diferentes dimensiones de la acción, tales como la pertinencia, la eficiencia, la eficacia, el impacto y la viabilidad. Mejorar el proyecto desde la experiencia requiere la sistemática recogida de información y de indicadores que permiten introducir los cambios adecuados en el desarrollo del proyecto. Para ello, fue preciso delimitar los indicadores (o fuentes de verificación) ya en la fase de programación.
Por tanto, el ciclo de proyecto buscó el equilibrio de las cuatro fases, atravesado por un eje de programación y financiación. La programación evitó las improvisaciones en cada una de las fases del proyecto y también que se sobredimensionara una en detrimento de otras o del resto. Se buscó el equilibrio entre el tiempo dedicado al diseño del proyecto y el disponible para la intervención. La premisa fue que el tiempo fuera el suficiente para evitar la improvisación, pero no excesivo impidiendo la acción.
Movimientos de rotación y de traslación
El equilibrio de las cuatro fases fue fundamental, pero fue la financiación la que dio realidad a la idea. El proyecto solo podía sustentarse si contaba con financiación para desarrollar las actividades propuestas. Sin dinero, las ideas se hubieran quedado en el terreno de las buenas intenciones. Además, esta cuestión condicionaba el doble movimiento de rotación y traslación del proyecto de intervención social y de cooperación al desarrollo.
La obtención de recursos en la mayor parte de los proyectos está vinculada a las convocatorias de ayudas, públicas o privadas. Y es la naturaleza de las convocatorias las que imponen el movimiento de rotación al proyecto. Y también de traslación, movimientos que dieron juego al proyecto en el desarrollo de las diferentes fases, a un ritmo más lento, pero transformando la realidad, transformando a los actores y transformándose a sí mismo, tal como se recoge en la figura 2.
En los siguientes epígrafes se describen los movimientos de rotación y de traslación experimentados con el proyecto.
Primer movimiento rotatorio: Practicum en cooperación. La situación de las personas con discapacidad en Piura (Perú) y Loja (Ecuador)
En el año 2007 la primera presentación de la idea se realizó en la convocatoria de proyectos de cooperación financiados por la Universidad de La Rioja. El plazo de presentación de propuestas era el mes de septiembre y la justificación de la actividad tenía que hacerse a finales del mes de diciembre. Sirvan estos datos para ilustrar los condicionantes impuestos por la propia convocatoria, y obligando el movimiento de rotación del proyecto ya desde la primera fase. Cualquier acción de cooperación, por modesta que sea, difícilmente puede conseguir objetivos de cambio en una realidad determinada en tan breve periodo de tiempo. De ahí la importancia de ver el proyecto en términos de proceso. El primer proyecto sirvió para realizar una aproximación a la realidad, y abordar la Identificación del problema, la primera fase del ciclo de proyecto. Con ello, se pudo centrar la intervención para la siguiente fase. A partir del análisis de las alternativas posibles, se decidió orientar el proyecto en la elaboración de una Guía de Recursos Sociales, presentando el proyecto nuevamente a la convocatoria de cooperación universitaria. Convocatoria que impuso el primer movimiento rotatorio a dicho proyecto.
El trabajo realizado por las alumnas sirvió para programar una intervención más amplia y compleja, pero centrada en una de las zonas de los dos países, Perú, y en concreto Piura. Este nuevo proyecto se presentó a la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), en la convocatoria de ayudas en el Programa de Cooperación Interuniversitaria (PCI). Dicha convocatoria imponía un nuevo movimiento rotatorio en el ciclo.
En su conjunto, desde el año 2007 hasta la actualidad, el Proyecto ha experimentado el movimiento de traslación, promoviendo cambios en las actividades realizadas año a año; en los promotores del proyecto, y en el entorno y con los agentes sociales con los que se ha trabajado, como se pondrá de manifiesto en las líneas que siguen.
A continuación, se describe sucintamente el contenido del proyecto desarrollado, en cuanto a objetivos, metodología y plan de actuación.
El proyecto tomaba como punto de partida dos objetivos generales, tal como se estableció en la solicitud de ayudas a proyectos de cooperación en la convocatoria del Vicerrectorado competente en la materia de la Universidad de La Rioja, en el año 2007:
a) Planificar para poder ejecutar un proyecto de cooperación universitario sobre personas con discapacidad en dos regiones de Sudamérica de los países de Perú y Ecuador
b) Desarrollar actividades universitarias de carácter académico de manera interuniversitaria, teniendo el tema de la discapacidad como marco
En aquel momento, se estimaba que el proyecto debía plantearse en un horizonte a tres años, con tres fases de ejecución. La primera o preparatoria, la segunda de programación y la tercera de ejecución. En la tabla 2 se reflejan las fases establecidas en la solicitud de ayuda:
En este análisis hay que poner de manifiesto el sobrado interés que tenía el proyecto para la Universidad de La Rioja, con el propósito de ayudar a dar voz a las personas con discapacidad en algunas de las regiones menos desarrolladas de los países en los que se iba a ejecutar la acción (Raya et al., 2011, p. 5).
Con este proyecto, el equipo promotor adoptaba un papel proactivo en la docencia del Trabajo Social. Con ello, se complicaba con la realidad, en el sentido dado por Ander-Egg, al término, para quien complicarse, consiste en “hacer suya la complejidad de la realidad” (Ander-Egg, 1986, p. 63), analizar los aspectos o facetas del problema, identificar los puntos de vista y las contradicciones. En el caso concreto del proyecto de cooperación, consistió en valorar hasta dónde llegaba el problema y la repercusión para la población y para la sociedad en general, a la que iba a ir dirigida la planificación (Raya et al., 2011, p. 3). Con el proyecto, el equipo promotor asumía un compromiso con una realidad social concreta y compleja que sobrepasaba la actividad habitual de los actores implicados en el proyecto (alumnado, estudiantes y entidades colaboradoras). Las motivaciones para emprender este proyecto eran varias, si bien, en conjunto prevalecía la oportunidad que brindaba la convocatoria para abordar la relación entre Trabajo Social y Cooperación al desarrollo, por un lado; y promover un proyecto de intervención social con un colectivo caracterizado por padecer una fuerte vulnerabilidad social, como es el sector de la discapacidad, especialmente en países en vías de desarrollo.
En el diseño del proyecto se optó por centrar una primera fase en el diagnóstico de situación que permitiera realizar un acercamiento a la realidad, a partir del cual establecer prioridades de intervención. Esta primera fase sirvió para conocer la situación de las personas con discapacidad y para establecer contacto con entidades locales con las que mantener relaciones de colaboración en las fases siguientes del proyecto.
La fase preparatoria del proyecto se concretó en la estancia de cuatro estudiantes de la Universidad de La Rioja durante un periodo de un mes en las universidades contraparte (dos en Loja y dos en Piura), como parte de sus prácticas externas. Durante esta fase los objetivos planteados se articularon en torno a dos líneas de actuación. En concreto se trataba de: a) profundizar en las circunstancias de las personas con discapacidad y b) conocer las entidades que estaban apoyando a las personas con discapacidad.
Este último aspecto resultaba de interés por el valor de sensibilización que implica la promoción de movilidad internacional de personas con discapacidad, máxime hacía países con menor desarrollo de la inclusión social del colectivo objeto del proyecto. En esta parte del proyecto se contó con la colaboración de InterEuropa, entidad riojana que promueve la movilidad internacional de jóvenes con discapacidad intelectual.
En la siguiente tabla se presenta a modo de resumen las principales actividades desarrolladas durante la fase preparatoria del proyecto, divididas en tres momentos respecto a la estancia de las estudiantes en el país de destino de la cooperación: Antes, durante y después.
Como en cualquier proyecto de intervención en la realidad social, el primer paso consistió en documentarse sobre la discapacidad. El marco conceptual y normativo, las condiciones de vida y la situación en Europa, España y La Rioja, por un lado, y en los países de destino, a partir de la disponible en las fuentes de datos, tales, como el Banco Mundial, la Organización Mundial de la Salud, INE, etc.
También se preparó a las estudiantes para afrontar el viaje internacional y anticipar el choque cultural entre el país de origen y el de destino. Asimismo, se les entrenó en las técnicas de recogida de información y en las características de las entidades susceptibles de colaborar en intercambios internacionales.
En esta fase previa se elaboró un protocolo de recogida de datos de las entidades que debían visitar con el fin de disponer de información homogénea de las mismas.
Desde una mirada retrospectiva al proyecto, puede afirmarse que las actividades ejecutadas en la fase previa a la estancia permitieron la efectividad del trabajo durante la misma. Las estudiantes consiguieron visitar más de cincuenta servicios y programas de atención a personas con discapacidad (25 en Loja y 30 en Piura, respectivamente). Con la información obtenida a través de las entrevistas realizadas en las visitas se realizó un primer diagnóstico de situación. Entre las principales conclusiones del estudio se destacó la existencia de una red de atención con fuertes diferencias territoriales, con diferencias significativas según el eje rural-urbano. Desde el punto de vista educativo, se constató la existencia de centros de educación especial para personas con discapacidad, en los que no había diferenciación según el tipo o grado de discapacidad y con limitados recursos para la estimulación temprana.
A partir de este contacto con la realidad se formuló de forma operativa la segunda fase del proyecto o fase de programación, conforme a la cual establecer las directrices generales sobre las cuáles se podría articular un futuro practicum de cooperación.
Prácticas en el grado de trabajo social. Conocimiento de los recursos. Segundo Movimiento rotatorio
La información obtenida tras la ejecución de la primera fase permitió diseñar la intervención en la segunda fase del proyecto, a partir de las necesidades identificadas y de las capacidades de los agentes y de los recursos disponibles, tanto en el equipo promotor del proyecto en La Rioja, como de las contrapartes locales. Se optó por elaborar una Guía de Recursos sociales y accesibilidad. En este movimiento rotatorio se incorporó a una de las profesoras de la Universidad Nacional de Piura, que estuvo presente durante la fase preparatoria del periodo anterior, acompañando a las estudiantes en su tarea de recogida de información. Se estimó de interés focalizar la intervención en la formación sobre la atención a personas con discapacidad como complemento necesario para la elaboración de Guía de recursos sociales y accesibilidad.
La justificación para elaborar la guía se sustentó en la idea del empoderamiento de las personas con discapacidad, a través de su participación activa en todos los ámbitos de la vida: Educación, salud, empleo, ocio, etc. Visibilizar la accesibilidad de tales recursos para las personas con discapacidad, permitía por un lado visibilizar la discapacidad como fenómeno social y por otro lado, su capacidad de participación activa en todas las esferas. Por tanto, se estimó que la Guía de recursos era una herramienta de información y sensibilización con un doble efecto: Ofrecer información útil para las personas con discapacidad y sus familias y ser un aliciente para impulsar la adaptación y accesibilidad de los diferentes recursos y servicios del entorno, y por tanto servir para la sensibilización y la incidencia en la inclusión social de las personas con discapacidad.
Desde el punto de vista práctico, durante esta fase del proyecto, las actividades realizadas consistieron en la formación, a través de compartir los marcos teóricos y metodológicos de atención a personas con discapacidad en diferentes programas y servicios de La Rioja. Y paralelamente, se estableció un protocolo de recogida de información sobre los recursos, programas y servicios a incluir en la Guía de Recursos Sociales y Accesibilidad.
Con el fin de abordar la dimensión de accesibilidad se amplió el equipo promotor del proyecto incorporando a La Rioja sin barreras, una entidad riojana con experiencia en la elaboración de guías sobre accesibilidad.
En este movimiento rotatorio del proyecto se planteó que previamente la estancia de las estudiantes en los países de destino, una profesora de cada universidad colaborada con el proyecto (Universidad Nacional de Loja y Universidad Nacional de Piura) realizarán una estancia breve en La Rioja. Ello les permitiría visitar y conocer diferentes recursos de atención a personas con discapacidad y compartir los marcos teóricos sobre discapacidad y accesibilidad, en concreto, el marco normativo aprobado en los países de destino, conforme al cual se valoraría el nivel de accesibilidad de los recursos incluidos en la Guía. Finalmente, solo una de las profesoras realizó la estancia, marcando un punto de inflexión en la colaboración en las fases sucesivas del proyecto, con un mayor grado de implicación de la Universidad contraparte visitante en el desarrollo sucesivo del proyecto. La estancia realizada en septiembre de 2008 permitió coordinar los aspectos operativos del proyecto, ajustando los objetivos, intereses y programa de actividades.
También hay que señalar que desde el mes de Julio del mismo año, el grupo de estudiantes que iban a realizar la movilidad comenzaron a trabajar en el proyecto, desarrollando diferentes actividades. En la Tabla 4 se presentan las actividades ejecutadas en los momentos antes, durante y después de la movilidad:
Al igual que en la fase preparatoria del proyecto, la movilidad de las estudiantes estuvo precedida de una fase de documentación previa, focalizada en torno a la accesibilidad, en cuanto concepto y normativas de referencia, en particular en España y en los países de destino. Se los formó en la metodología de valoración del grado de accesibilidad física de un edificio. Se elaboró una ficha de recogida de información adaptada a la legislación de los países de destino y se establecieron los criterios de valoración del nivel de accesibilidad. También se les formó en los aspectos relativos al viaje, el choque cultural y las características de las entidades visitadas en la etapa anterior. En el horizonte permanecía el objetivo de establecer en el futuro inmediato algún proyecto de movilidad de jóvenes con discapacidad. Por tanto, se les explicó las características y requisitos que debería cumplir el socio contraparte.
El resultado de este trabajo previo a la estancia permitió que durante la misma, las estudiantes pudieran realizar el trabajo con un alto nivel de autonomía. En primer lugar, tomaron contacto con el profesorado de referencia de las universidades contrapartes, a quienes debieron explicar con detalle el cometido de su trabajo durante la estancia. Establecieron los acuerdos necesarios para delimitar el objeto de la guía, el contenido y el formato. Asimismo dinamizaron grupos de trabajo con estudiantes de ambas universidades para la recogida de información de los programas y servicios del entorno, que formarían parte de la guía. Durante su estancia se realizaron algunas visitas, a modo de pretest, para validar la herramienta de recogida de información y solventar las dudas que surgieran.
En la fase posterior a su estancia, los estudiantes colaboradores del proyecto de las universidades contraparte recogieron y enviaron las fichas cumplimentadas los recursos sociales que, tras la depuración de la información fueron incorporados en sendas guías de recursos, una para cada región del proyecto.
Tercer movimiento rotatorio: Practicum en cooperación y discapacidad en Loja y Piura
El tercer movimiento rotatorio del proyecto se enmarcó nuevamente en la convocatoria de Cooperación universitaria, con el fin de dar continuidad al trabajo desarrollo en las etapas anteriores, posibilitando la edición y difusión de la Guía de Recursos sociales, para ello se establecen como objetivos:
• Consolidar el Practicum en Cooperación vinculado a la atención a personas con discapacidad, en colaboración con las Universidades Contrapartes, y como objetivos específicos:
• Coordinar con las universidades contrapartes la actividad de difusión de la Guía de Recursos Sociales y Accesibilidad, incluyendo la creación de una base de datos
• Establecer canales de cooperación vinculados a la atención a personas con discapacidad en contacto con entidades sociales del entorno de Piura y/o Loja.
Este tercer movimiento rotatorio del proyecto posibilitó la visita en el terreno de la profesora coordinadora del Practicum. El contacto con las contrapartes locales permitió valorar el impacto de la actividad realizada por las estudiantes en los años precedentes y establecer nuevos canales de colaboración. Asimismo, durante la estancia nació el embrión del nuevo proyecto, que se presentaría a la convocatoria de Cooperación Interuniversitaria e Investigación Científica (PCI) de la AECID.
Lo que se quería conseguir era reforzar la parte académica y de investigación de la educación superior, compartiendo actividades y creando lazos interinstitucionales, bajo el lema del plan: Estudio de la Discapacidad en la región de Piura.
Se presentó un proyecto de investigación a desarrollar en dos años, que fue valorado positivamente por la Agencia y permitió a ambas universidades continuar con la actividad de cooperación en una nueva dimensión. Esto marcó un punto de inflexión en la actividad de cooperación emprendida en 2007 porque hizo patente el movimiento de traslación experimentado a lo largo de todo el tiempo.
Movimiento de traslación
La experiencia de cooperación universitaria fue evolucionando, desde los primeros momentos, a través de las prácticas de los estudiantes, hasta el final, con acciones de investigación y formación de postgrado.
El primer año, el Practicum en trabajo social en Cooperación al Desarrollo se centró en la recogida de información, y participaron cuatro alumnas de trabajo social y una profesora. El siguiente año, se centró en la elaboración de una Guía de recursos sociales, en la que participaron otras cuatro alumnas de la Rioja y contaron con el apoyo de profesores y estudiantes de las universidades contraparte (Universidad Nacional de Loja, en Ecuador y Universidad Nacional de Piura en Perú). En el año 2009, se continuó con la actividad de las prácticas, para difundir la guía y en él participaron una profesora y una alumna, y se valoraron la experiencia y las oportunidades para continuar con las actividades de cooperación vinculadas a las mismas.
La experiencia acumulada en los años anteriores respecto al proceso de cooperación y el conocimiento sobre la situación de las personas con discapacidad animó a las promotoras del proyecto a presentar un proyecto de investigación a la AECID, que fue aprobado en el año 2009 y ejecutado en los años 2010 y 2011. En el mismo se implicó a estudiantes de la Universidad Nacional de Piura, formando y fortaleciendo a la sociedad receptora del proyecto.
En el año 2011, en la reunión de coordinación para el análisis de resultados del estudio, se decidió presentar una nueva propuesta para la elaboración de un programa de formación de postgrado entre ambas universidades, cuyo objetivo era capacitar a estudiantes de ambas universidades del Norte y del Sur, en el enfoque basado en derechos humanos para el análisis de la realidad social.
Este movimiento de traslación supuso cambios en todos los actores implicados en el proceso. Cambios en la mirada hacia la discapacidad y hacia la cooperación, los dos grandes ejes que han estado presentes en todo momento. Este movimiento fue posible por la confluencia de muchos factores, y entre ellos debe destacarse el relativo al diseño de proyectos de intervención
Tabla
en la realidad social. Imaginar un cambio posible y participar en dicho cambio es un ejercicio de planificación social y ello requiere preparación, entrenamiento y técnica, además de entusiasmo, convicción y valores. Los segundos forman parte de la idiosincrasia de cada persona y difícilmente modificables. Sin embargo, los primeros pueden aprenderse y mejorarse con la experiencia.
DISCUSIÓN
En los países desarrollados se parte de una serie de conceptos en materia de cooperación internacional que no siempre son conocidos ni entendidos de la misma manera por la población receptora de la ayuda. La fuerte diferenciación social existente en las economías de los países receptores de ayuda internacional conlleva a formas de vida más centradas en la propia supervivencia que en los valores de ayuda y solidaridad.
En este sentido el proyecto aquí descrito revela el proceso recorrido de ese proyecto de cooperación universitaria al desarrollo y sus diferentes fases, en el marco del ciclo de proyecto que comenzó inicialmente en dos regiones limítrofes de dos países en desventaja social y que finalmente prosperó en uno de ellos: La Región de Piura en Perú. La principal razón para emprender este camino se justifica por el hecho de pensar que el trabajo social vela por la justicia social, estando a favor de los menos favorecidos, brindándoles el apoyo y el acompañamiento necesario para que puedan cambiar su situación, teniendo en cuenta, también, que la universidad debe estar al servicio de la sociedad.
Toda acción de programación de una intervención social en una realidad determinada implica dar respuesta a una serie de cuestiones, que permiten perfilar y concretar la idea: Qué se quiere hacer, por qué, para qué, cuánto, dónde, cuándo, cómo con qué, quiénes, para quiénes. Cada una de las preguntas da respuesta a un aspecto significativo del proyecto a realizar. Cuando el promotor del proyecto es capaz de responder de forma
clara y concisa a cada una de las cuestiones el proyecto está maduro para poder desarrollarse. Este proceso permite evitar las improvisaciones y “organizar la mente de cara a la acción” esto es “introducir organización y racionalidad a la acción, con el propósito de alcanzar determinadas metas y objetivos” (Ander-Egg & Aguilar, 2005, p. 22).
En cooperación al desarrollo se utiliza de forma preferente la técnica del Marco Lógico. En sí es una herramienta para la planificación, que no sustituye a la formulación del proyecto y a su plasmación en un documento escrito, pero sí permite visualizar el conjunto de la acción, en cuanto a problemas a resolver y recursos aplicados. Como su nombre indica, la técnica consiste en aplicar un razonamiento lógico para la intervención en una determinada realidad. Esta forma de razonamiento está presente en la mayor parte de las actividades de la vida cotidiana que implican por parte del sujeto la toma de decisiones respecto a un conjunto de alternativas posibles. Aplicado a la cooperación al desarrollo, y por extensión, a los procesos de intervención social, permite introducir rigor científico en la formulación de proyectos sociales, sin necesidad de utilizar complejos métodos matemáticos.
En la medida en que se identifican las necesidades antes de iniciar el proceso se evita la transferencia o creación de problemas. Además al delimitar los elementos clave, se evitan las falsas expectativas entre los actores involucrados. Y, en consecuencia, se evita la improvisación. Todo ello es necesario para poder dar respuestas a necesidades sociales en un contexto de recursos escasos. Por lo que es necesario priorizar y hacerlo con instrumentos basados en la racionalidad.
Asimismo, no se debe olvidar que ante una misma situación problema se presentan diferentes alternativas de respuesta, y se opta por una de las posibles, que desde el punto de vista de los actores, a partir de unos determinados criterios de valor, se percibe como más adecuada. Por ello, es necesario que esté fundamentada y contrastada con la realidad, para minimizar los riesgos de error. En cooperación al desarrollo se trata de realizar el diseño de proyecto para una realidad social, económica, política y cultural diferente de quien promueve la acción.
Todas estas razones justifican la necesidad de invertir tiempo y esfuerzo para diseñar el proyecto convenientemente, ya que es la única garantía posible para dirigir la intervención hacia los objetivos propuestos.
Del balance de la experiencia, cabe resaltar que el proyecto fue pertinente, por la temática abordada y la eficacia y eficiencia del mismo, en el logro de los objetivos marcados en las diferentes fases y movimientos rotatorios. Y fundamentalmente por el impacto del mismo, en todos los participantes y en particular entre los estudiantes colaboradores de la Universidad contraparte. Como señaló una de las participantes “Descubrir el mundo de la discapacidad fue un reto tanto en lo personal como en lo profesional. Como docente desconocía algunos de los problemas básicos que podía encontrar en el aula, durante la carrera nunca había recibido una asignatura de educación inclusiva” (estudiante de Educación en Piura); o la experiencia de una estudiante riojana: “Me partió el corazón visitar las afueras de la ciudad, donde se escondía la realidad más cruda de un país en el que reinaban las desigualdades (…) Aprendí a apreciar muchas cosas que hasta entonces no me había dado cuenta de que tenía” (estudiante de Trabajo Social en la Rioja). Además, en el caso de los estudiantes hay que subrayar el efecto multiplicador, por su capacidad para incorporarlo en su futuro profesional. Con esta experiencia vital, el aprendizaje adquiere una dimensión significativa mostrando las condiciones de vida de las personas con discapacidad, y experimentando que la igualdad ni se da ni se reivindica, se practica y se verifica (García, Pulido y Salazar, 2016:108) y que la discriminación que padecen conducen hacia el aislamiento, la pérdida de autoestima y pérdida de capacidades diversas.
En suma, se puede señalar que el proyecto iniciado, con un primer movimiento rotatorio generó un movimiento de traslación en todos los implicados en el proyecto, orientando las acciones con un enfoque de derechos humanos. Y tanto es así que incluso fue plasmado en diferentes obras en las que se da cuenta de todo lo realizado en el proyecto a la par que trata otros temas de gran trascendencia en el abordaje del tema de la discapacidad (Raya et al., 2012).
Este movimiento de traslación ha germinado en nuevos proyectos de cooperación internacional, destacando en la actualidad el proyecto ABDEM, liderado por la Cátedra Unesco de la Universidad de La Rioja, centrado en la incorporación el Enfoque Basado en Derechos Humanos en la Educación Superior en la región del Magreb. Este proyecto recoge la estela de la formación interuniversitaria planteada en el proyecto descrito en este artículo. La exposición de los resultados será objeto de futuras publicaciones.
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