LAS PRÁCTICAS CULTURALES DE LOS ROPAVEJEROS DE LA PLAZA ESPAÑA DE BOGOTÁ

Julia Beatriz Bedoya-Ramírez1

1. Magíster en Estudios Sociales y Políticos Latinoamericanos, Docente e investigadora de la Escuela de Política y Relaciones internacionales. Universidad Sergio Arboleda - Bogotá, Colombia. bedoyajulia@gmail.com

Tipología: Artículo de Investigación Científica y Tecnológica
Fecha de Recibido: 09/06/2015
Fecha de Aceptación: 02/09/2015

Como citar este artículo: Bedoya-Ramírez, J. (2015). Las prácticas culturales de los ropavejeros de la plaza España de Bogotá. Jangwa Pana, 14, 90 - 98.


RESUMEN

El presente artículo surge a partir de un proceso de asesoramiento a una investigación de práctica socio-cultural que se llevó acabo en la plaza España de Bogotá con el apoyo de la alcaldía local de los Mártires y el grupo de investigación ALEPH integrado por Luis Ernesto Corredor Portilla; Katherine Alvarado Contreras; Luís Carlos Montenegro Almeida y Ángela María Botero Sierra. Se obtuvo una visión de ciudadanía amplia y plural, por medio de la participación y el análisis al buscar soluciones pedagógicas desde procesos culturales. La Comunidad de Los Ropavejeros en la Plaza España tienen una tradición en la historia de la capital colombiana de más de 60 años, la cual se nutre no solamente de los edificios emblemáticos, los acontecimientos que se desarrollaron en este lugar, o los registros fílmicos y documentales sobre estos, sino que se alimenta de la experiencia y las vivencias que son narradas por sus mismos protagonistas, quienes con sus vidas y desde la cotidianidad construyen historia, el objetivo principal es conocer y evidenciar las prácticas culturales que realizan los ropavejeros para mantener en el tiempo una actividad comercial para la población más vulnerable, como es la venta de ropa usada en buena calidad.

Palabras Clave: Ropavejeros; Plaza España; Objetos de segunda; Ropa usada y vieja; Accesorios.

CULTURAL PRACTICES ROPAVEJEROS OF SPAIN PLAZA BOGOTÁ

 

ABSTRACT

This article arises from a counseling process to an investigation of socio-cultural practice that just took place in Bogota Spain with the support of the local mayor of Martyrs and ALEPH research group composed of Luis Ernesto Corredor Hatch; Katherine Alvarado Contreras; Luis Carlos Almeida and Angela Montenegro Sierra Maria Botero. A vision of broad and diverse public, through the participation and analysis when looking pedagogical solutions from cultural processes was obtained. The community of ragpickers in the Plaza Spain have a tradition in the history of the Colombian capital of more than 60 years, which is nourished not only of the landmarks, the events that unfolded here, or film records documentaries about these, but feeds on the experience and the experiences that are narrated by its own protagonists, who with their lives and from the daily build history, the main objective is to understand and demonstrate cultural practices performed by ropavejeros to keep time a commercial activity for the most vulnerable, such as the sale of used clothing in good quality.

Keywords: Ropavejeros; Square Spain; Secondhand objects; Used and old clothes; Accessories.



INTRODUCCIÓN

El presente artículo habla de los “ropavejeros” de la Plaza España ubicada en la localidad de Los Mártires en la ciudad de Bogotá D.C., se define como un escenario de una geografía social imaginaría y amplia, producto de las percepciones ambientales y paisajísticas rústicas que se presentan por sus calles, por medio de las prácticas de comercio informal, deterioro que cuentan con las desigualdades, escases social de los habitantes que se mimetizan con el acelerado ritmo del comercio (Munevar, 1997).

En torno a estas relaciones existe una imagen de localidad caótica, con múltiples mitos sobre el peligro, el miedo, el abandono y la soledad de la gran ciudad. Atracos, drogas, prostitución, informalidad son ideas recurrentes cuando nos referimos al sector de “Cinco Huecos”, “El Bronx”, a la zona de alto impacto o al sector de tolerancia”.

Es aquí en este contexto en el cual podemos evidenciar el ejercicio de los ropavejeros y su proyección de las prácticas culturales los cuales han creado una identidad, una historia, han logrado compartir sus expresiones vivas y actividades de compra y venta de calzado y ropa usada con el fin de transmitirlas de generación en generación; y seguir con la continuidad de su esencia y manifestaciones culturales (ICANH, 2007).

Dialogar sobre prácticas culturales “muestra el mosaico multicultural de historias y experiencias de vida de las culturas de clase, género, raza, región y nación con ropajes como la cultura popular, campesina, urbana, la cultura de masas, la cultura juvenil, la cultura institucional, las culturas mixtas y la cultura mafiosa, como mascaradas de la representación del teatro de la vida regional en sus múltiples pliegues, préstamos e influencias” (Pavía, 2014).

Describir las experiencias de los ropavejeros como objeto de estudio en la comprensión de las actividades que realizan a diario y se manifiestan asociadas a la construcción de identidades culturales en tanto indicadores de transformación social, de diferenciación social La apropiación que tienen las comunidades de su cultura e idiosincrasia se refleja desde su relato, desde como sienten y vivencian sus actividades, de cómo detallan supervivencia a través de las palabras, de cómo piensan su forma de vida y de la misma manera cómo la relatan, es decir, la han vivido a través del tiempo y la recrean a través de la palabra, la viven cada vez que la cuentan y de esa manera se apropian más de su tradición y dignifican su nombre cuando se reafirman en una identidad que los une y les permite dar sustento a sus familias, como el caso de los ropavejeros es una acción comercial en la cual una persona vende y mercantiliza objetos usados en este caso ropa, zapatos a un precio favorable, han logrado consolidar una forma de vida que se ha construido a través del tiempo y que permanece viva y habla por medio de la Plaza España, y de los sectores comerciales desde los que trabajan y se relacionan como una comunidad que ha resistido diferentes tipos de violencias urbanas.

Teniendo en cuenta que las prácticas de los ropavejeros tienen un grado de solidez debido a que sus tradiciones no solo han vivido en las memorias de los sus antepasados, sino se ha transmitido a sus descendientes ese sentimiento de responsabilidad de seguir con la costumbre; muchas de las personas que participan en este grupo desean que sus hijos continúen con la tradición, siendo está la manera de evidenciar una práctica cultural a través de las generaciones que solo no es un oficio sino que hace parte enriquecedora de un saber comercial, porque no solo es un medio de obtener ingresos y sobrevivir en una economía que cada vez es más excluyente sino un arte, identidad, una opción de vida, en donde cada generación nueva lo enriquece con diferentes manifestaciones, ideas y propuestas de negocios.

El autor Alfredo Ghiso, expresa que los procesos de prácticas culturales, dentro de un colectivo son importantes por la tarea de sistematización que pueda hacerse, es decir, un hacer que puede ser recuperado, re-contextualizado, analizado y re-informado a partir del conocimiento adquirido a lo largo del proceso. Así pues, la sistematización no significa únicamente la narración de cierta experiencia, sino, más bien, el análisis y evidencias de los elementos y características de estos grupos que le dieron forma para evidenciar y dar a conocer el hecho como proceso cultural (Carvajal, 2003; Carvajal, 2005).

Dentro la teoría de prácticas culturales de los colectivos y comunidades se ha escrito el evidenciar y registrar el proceso a través de la actividad que realizan en un tiempo determinado, para las prácticas culturales de los ropavejeros se quiere mostrar a partir de la diversidad cultural, una respuesta a la evolución de su entorno, lo cual contribuyen al progreso del país, en cuanto a la protección del medio ambiente, gracias a que se reutilizan los bienes (calzado y ropa) que ya no se usan y no van a terminar en algún basurero, además de ayudar a personas de bajos recursos que no tienen la capacidad económica de comprar ropa nueva pero pueden acceder a artículos de bajo costo y de buena calidad.

Es una actividad que se valora, manifiesta creatividad humana en donde se da un sentimiento de respeto por el oficio, de continuidad por las practicas, del cual ellos mismos saben que tienen la responsabilidad de continuar con la transferencia de conocimientos, técnicas y el valor de esta actividad hacia sus generaciones futuras, brindando un sentido de salvaguardia centrado en la de protección a sus tradiciones y velando que sigan formando parte activa de la vida de esta comunidad. El estudio de las prácticas culturales tiene una vocación hacia el otro, lo observa, lo describe, lo persigue, lo contempla, lo interpela, es una práctica cultural las ganancias económicas que les permiten sostener a sus familias, son las principales razones por las cuales iniciaron el oficio de ropavejeros, sin embargo, es interesante anotar que la mayoría de las mujeres concuerdan con que la escogencia del oficio estuvo mediada por
la facilidad de las labores y dinámicas del mismo, por lo tanto es único y aporta a la sociedad, así como genera independencia y algo importante permite que personas de la tercera edad que en su mayoría no reciben pensión, puedan seguir trabajando y sosteniéndose por sí mismos en algunos casos para adultos mayores dedicados a esta labor.

Muchos cambios históricos se han generado al interior de la ciudad que será la referencia que tengamos para entender la actual composición de los sectores de la localidad de Los Mártires que mantienen una directa relación con el sector Plaza España en donde se encuentran ubicados los ropavejeros (Cardeño, 2007). Partiendo de la idea de que la creación de Ferrocarriles Nacionales en el año 1954, fue lo que permitió un avance y un crecimiento importante de ese sector de la ciudad, aumentó paralelamente la actividad comercial entre los viajeros y los habitantes del sector; se encuentra que en esa dinámica del sector existen personas que tienen diferentes labores, es importante mencionar la actividad de los denominados “salderos” que eran los encargados de recorrer barrios de otros sectores de la ciudad para recuperar, recoger, encontrar diferentes objetos y ropa que posteriormente era llevada a puntos comerciales para su posterior distribución, negociación, venta, trueque, entre otras posibilidades que se crearon entre compradores y vendedores, esa es una de las maneras como nace una cultura de uso de elementos, artículos y vestimentas que ya han tenido un desgaste previo, pero no por ello dejan de tener un valor, los nacientes ropavejeros estaban dando forma y cuerpo a una manera de subsistencia y una economía local primera clave para los viajeros citadinos y de las regiones colombianas.

Su proyección cultural se debe a la venta de objetos usados, la estrategia comercial para utilizar ideas de negocio y adquirir prendas en buena calidad para su comercialización, los ropavejeros son reconocidos como los mayores vendedores de ropa usada y son buscados por amplios sectores de la sociedad, de muchas localidades, municipios de Cundinamarca y otros departamentos, llegan hasta la Plaza España, para buscar ropa usada que sólo encuentran allí, para diferentes usos y necesidades, las personas reconocen en ese lugar, una particularidad; sólo allí se encuentra una gran variedad de artículos, que tienen una suma de peculiaridades que le dan más riqueza y valor cultural a la prenda de vestir que se puede adquirir.

Las prácticas de los ropavejeros tienen un grado de solidez debido a que sus tradiciones no sólo han vivido en las memorias de sus antepasados, sino que se han transmitido a sus descendientes, se evidencia un sentimiento de responsabilidad de seguir con la costumbre y muchas de las personas que participan en esta comunidad desean que sus hijos continúen con la tradición, porque no sólo es un medio de obtener ingresos y sobrevivir en una economía que cada vez es más excluyente, sino con una cultura, un arte, una identidad, una opción de vida, en donde cada generación nueva lo enriquece con diferentes e innovadoras manifestaciones.

Hay que tener en cuenta que el oficio de los ropavejeros además de ser parte de la diversidad cultural, son una respuesta a la evolución de su entorno, lo cual contribuye al progreso del país, en cuanto a la protección del medio ambiente, gracias a que se reutilizan los bienes (calzado y ropa) que ya no se usan y no serán desechados, además de ayudar a personas de bajos recursos que no tienen la capacidad económica de comprar ropa nueva, pero pueden acceder a artículos de bajo costo y de buena calidad (Navia,1999).

Por lo tanto, es una actividad que se valora que da prueba de la creatividad humana en donde se da un sentimiento de respeto por el oficio, de continuidad por las practicas, del cual ellos mismos saben que tienen la responsabilidad de continuar con la transferencia de conocimientos, técnicas y el valor de esta actividad hacia sus generaciones futuras, brindando un sentido de salvaguardia centrado en la protección a sus tradiciones y velando que sigan formando parte activa de la vida de esta comunidad (Caicedo, 2010; Corredor, 2013).

No sobra mencionar la importancia que tienen los lugares antiguos para las sociedades, para la civilización, para los procesos culturales que se dan en contextos locales, regionales y nacionales, en el caso de la Plaza España más allá de ser un lugar histórica que ha pasado por diferentes etapas, se vislumbra entre su arquitectura la esencia y transformaciones que ha sufrido la ciudad de Bogotá, en su espacio público. Su mobiliario y sus condiciones físicas son las que hablan someramente de su realidad y se complementan éstas con los relatos de quienes han vivido la mayor parte de sus vidas en este sector de la Localidad de Los Mártires, que ha visto crecer diferentes comunidades conformadas por personas de diferentes regiones del país, configurando movimientos de resistencia urbana ante los proyectos de macro-desarrollo urbanístico e industrial.

MATERIALES Y MÉTODOS


Investigación realizada en el segundo semestre del 2014, específicamente en los meses de JunioJulio, para una investigación que se realizó con el apoyo de la alcaldía de los Mártires y Corfuturo en Bogotá, se pudo evidenciar que la línea de la investigación que se trabajó con los ropavejeros es una forma de sustentar, recoger, consolidar y de alguna manera hacer conciencia de la riqueza de las prácticas culturales de la comunidad de los ropavejeros y por otro lado, aportar al empoderamiento, la autonomía, la participación y la continuidad de sus conocimientos y dinámicas, así como el mejoramiento de sus condiciones de vida, a través de reflexiones y herramientas de organización que hace que sean ellos mismos quienes se apropien de su destino y puedan lograr apoyo institucional y aún más, el apoyo y el reconocimiento de la sociedad como patrimonio cultural inmaterial.

En este proceso participo el grupo de investigación ALEPH, el coordinador que los representa es Luis Carlos Montenegro Almeida y mi participación estaba como asesora metodológica del proceso este artículo quiere mostrar un poco el trabajo del equipo, evidenciar la actividad de los ropavejeros e impactar su labor en documentos como estos a nivel académico y de análisis de estudios culturales, sociológicos y sociales.

El método utilizado se basó en InvestigaciónAcción Participación (I.A.P.) con correlación en análisis etnográfico, los cuales, permitieron involucrar a la comunidad en la ejecución y aplicación del proceso investigativo, convirtiéndose en protagonistas de su propia transformación, e incentivando la participación activa y la organización comunitaria como una forma de empoderamiento. Se desarrolló entrevista y grupos focales a varias personas que realizan esta actividad.

En este sentido, el papel de los y las investigadoras en este proceso fue por un lado, acompañar, generar y promover espacios de encuentro entre ellos y ellas, para que expusieran sus ideas, se reconocieran, debatieran y generaran lazos y acuerdos que les permitieran fortalecer su práctica, las relaciones comunitarias y mejorar conjuntamente sus condiciones de vida; por otro lado, y como aporte fundamental, sustentar teóricamente, sistematizar las múltiples visiones de los ropavejeros y crear un plan de salvaguardia basado en sus percepciones y en alternativas construidas colectivamente, que se convertirán en una herramienta fundamental para la pervivencia de esta práctica en la localidad.

En relación al proceso de investigación se plantearon tres instrumentos: encuesta de caracterización, entrevistas y talleres participativos en base metodológica de grupo focal, que se pueda adquirir para la búsqueda de la información que no solamente era recoger información, sino contribuir al fortalecimiento de la identidad y reconocimiento social, así como dar espacios para la reflexión sobre problemáticas por ellos perci
bidas y posibles alternativas a las mismas y contribuir a la consolidación de la comunidad de los ropavejeros.

El interés de plasmar las prácticas culturales de los ropavejeros, surge de los encuentros ciudadanos que tiene la alcaldía local de Mártires, fueron algunas personas que hacen parte del grupo de ropavejeros y plantearon la necesidad de que se les tuviera en cuenta para los proyectos, y luego de discutir la situación con la secretaría de cultura, se estuvo analizando que se podía hacer con esta comunidad, que sobre todo están ubicados en la plaza España.

Y se empezó a tomar conciencia recogiendo de primera mano, voz e ideas de la práctica cultural y por ello se inició un proyecto de investigación para que se pueda llevar a cabo un reconocimiento de la práctica nosotros de lo que somos conscientes es que son prácticas económica, hay una parte económica, y faltaría que se surta todo el proceso de reconocimiento, si realmente hay unos factores de tipo material, de sentimientos y emociones de tal forma que dé en el marco de culturas vivas y que la práctica se pueda reconocer como patrimonio cultural inmaterial no solamente de la localidad sino del distrito, por el momento estaría ese proyecto de Investigación acción para el reconocimiento de la práctica, igualmente la gestión ante el ministerio de cultura que es lo que estaría pendiente, y por último involucrarlos en eventos como la feria para que ellos se motiven a organizarse y a hacer un trabajo de auto reconocimiento como práctica que de todas maneras es una práctica económica. Se conoce que en algunos países estas prácticas se consideran patrimonio cultural al estar relacionadas con la creación y recuperación de formas de vestir, siendo mucho más complejo de lo que se entiende.

RESULTADOS

Como resultados, en esta investigación se pudo lograr hacer referencia a la historia, la identidad y las dinámicas del oficio de ser ropavejero, las cuales fueron reconstruidas con base en la revisión documental y en los relatos de los miembros más antiguos de la comunidad, así como en las encuestas y en los procesos de observación no participante, con esta categoría se pudo comprender algunas de las particularidades y los conocimientos que se encuentran inmersos en el oficio de los ropavejeros y que se relacionan con las vivencias, experiencias y expectativas de seres humanos para quienes este oficio es su vida, hace parte de su historia y de su futuro.

Al hablar de la ropa usada, como una práctica universal, se encuentra que hay referentes en todos los países, en todas las culturas en la historia cuenta la historia que Diógenes el filósofo, el cínico, el que despreciaba la moda y por ello se vestía con ropa usada y hasta rota se encontró un día con Alejandro Magno, en quien se reflejaba toda la elegancia y pulcritud de la época. Al verse frente a frente, este último impresionado por la sencillez del filósofo le dijo: qué puedo hacer por ti, a lo que Diógenes también impresionado por la exageración en las ropas y los adornos de su interlocutor le contestó: quitarte, porque me tapas el sol. La de Diógenes es la primera referencia que la historia de la moda hace sobre el uso de la ropa usada. Pero no es la única, pues el ropavejero (que compraba y vendía ropa usada) se ha mantenido como un personaje siempre presente en las sociedades más recientes. Así mismo, desde la época de la esclavitud se registra como una costumbre de las clases altas regalar ropa a sus empleados. A pesar de estos antecedentes, de que el negocio en torno a la ropa usada data de varios siglos atrás (con la aparición del comercio y la burguesía en la edad media) y de que las tendencias de la moda actual hablan con insistencia de vestirse de segunda mano, el comprar ropa de segunda se mantiene en Colombia casi que única y exclusivamente como una opción para quienes por razones económicas necesitan conseguir prendas a precios más cómodos.

Diferentes dinámicas del presente de cómo se obtiene una prenda en la plaza mayorista de la ropa usada, nos pueden hablar del pasado de esta práctica, a través de la palabra de los ropavejeros, como don Aristóbulo que nos dice dónde iniciaron a trabajar en este sector:

Era aquí en frente del hospital San José, de un edificio que llevaba ahí como 60 años, ahí se hacían también los que traían papa, yuca, naranja y dejaban unos huecos llenos de agua, nosotros los tapábamos con los bulticos de naranja, llenábamos eso y ahí si colocábamos nuestra mercancía, se comerciaba de diferentes maneras, se intercambiaban artículos por la ropita como elefantes de pasta (…) nos hacíamos cerca de la bodeguita en unos carritos.2

En los diálogos con los ropavejeros se pudo encontrar lo siguiente:

La falta de empleo y las ganancias económicas que les permiten sostener a sus familias, son las principales razones por las cuales iniciaron el oficio de ropavejeros, sin embargo, es interesante anotar que la mayoría de las mujeres concuerdan con que la escogencia del oficio estuvo mediada por la facilidad de las labores y dinámicas del mismo, lo cual, se relaciona con que la mayoría de los ropavejeros son mujeres entre los 31 y los 46 años madres cabeza de hogar quienes tienen que sostener y cuidar a sus hijos e hijas. Otros elementos encontrados fueron que algunas y algunos ropavejeros consideran que este oficio es un arte que, por lo tanto, es único y que aporta a la sociedad, así como que genera independencia y algo importante permite que personas de la tercera edad que en su mayoría no reciben pensión, puedan seguir trabajando y sosteniéndose por sí mismos.

Relacionado con las razones de escogencia del oficio se encontró que la mayoría de los ropavejeros en especial las mujeres se sienten orgullosas de su labor porque contribuye al sustento de su familia, además ninguna mujer dijo que no se sintiera orgullosa de su trabajo, lo cual muestra el interés porque su práctica continúe y lo importante que es para ellas este oficio; en segundo lugar, la razón más importante, tanto para los hombres como para las mujeres es que les gusta su trabajo, es decir que lo hacen con agrado, aprecian lo que hacen todos los días y se esmeran por hacerlo de la mejor manera, lo cual resulta ser un elemento importante que se conecta con la identidad colectiva y con la valoración de la práctica por aspectos adicionales a los meramente económicos.

Mantener las tradiciones locales y culturales de la comunidad de los ropavejeros, es un deber de la sociedad en general y de las administraciones gubernamentales en particular, es una forma de proteger los ejercicios de resistencia y de memoria que se materializan en la forma como se ejerce la práctica tradicional.

La visibilidad de los espacios públicos y el fortalecimiento de su imagen y utilización para eventos culturales y artísticos, hacen parte de la resignificación de imaginarios locales y urbanos que se generan alrededor de mitos tradicionales, que deben romperse cuando hagan daño a ciudadanos y ciudadanas que hacen parte de procesos comunitarios.

Las instituciones deberán asumir el mayor compromiso, y sobre todo, deberán acercar a la comunidad a profesionales especialistas en la materia, capaces de sobreponer la práctica ante dichas amenazas. Las redes interinstitucionales serán clave en el caso de los ropavejeros, ya que no sólo tienen amenaza en su mercado y su clientela, también cuentan con el riesgo inminente de ser expulsados del territorio, y de terminar por la falta de relevo generacional. Por lo que no es sólo una entidad la que puede con todo este caso, la comunidad depende de la competencia de muchas entidades que deben unirse en pro del proyecto.

Los ropavejeros son una comunidad local organizada, histórica y vulnerable ante diferentes riesgos sociales y económicos, la principal amenaza de su práctica, es la competencia de la ropa china y las políticas de libre mercado que los colocan en una desventaja difícil de manejar.

Su práctica y su historia tienen una perspectiva de organización comunitaria y económica que les permitirá fortalecer más sus tradiciones, este documento hace parte de los insumos que necesitan para continuar ese camino que están recorriendo.

La comunidad de los ropavejeros debe tener en cuenta que el fortalecimiento interno de su práctica, depende del fortalecimiento de la convivencia entre los diferentes integrantes, así como por la prevención de diferentes riesgos internos que deben enfrentar como una gran familia, están en la capacidad organizativa de hacerlo.

Teniendo en cuenta el análisis de la encuesta a pesar de que algunas de las personas no quieren que sus hijos e hijas sean ropavejeros, ellos y ellas consideran que seguirán con este oficio toda su vida, es decir que continuarán y mantendrán sus costumbres, saberes y tradiciones. Las principales ventajas que la comunidad percibe de su práctica son en primer lugar, la posibilidad de tener independencia laboral y un negocio propio en el que ellos administran su tiempo y su dinero; en segundo lugar, es importante resaltar que ellos conciben que su trabajo es un aporte ecológico para el planeta, por lo cual reconocen que hacen un aporte y que su oficio es aún útil para la sociedad.

La percepción de la rentabilidad del oficio es un elemento importante a la hora de analizar la continuidad de la práctica, puesto que además de la relevancia cultural que tiene, es una actividad económica, con la cual los ropavejeros sostienen sus familias. En coherencia, se encontró que la mayoría de ellos perciben que sus necesidades básicas son cubiertas gracias a su oficio e incluso que pueden llegar a suplir otros gastos relacionados con el ocio y el entretenimiento, por lo cual, se podría afirmar que consideran que su práctica es rentable, aunque hayan aspectos susceptibles de mejora y otros que se constituyen en amenazas, y de esta manera que, existe una alta probabilidad de que continúen con su práctica.

El cambio más notable que observan los ropavejeros es la aparición de los comerciantes de ropa nueva, quienes se han instalado en los locales que inicialmente fueron asignados a los ropavejeros, ya sea porque los compraron a bajo precio sacando ventaja de las condiciones socioeconómicas de los anteriores dueños, o porque decidieron dejar el oficio de ropavejeros debido a que tenían un capital para invertir en éste nuevo negocio. Esta situación ha afectado considerablemente la economía de la comunidad, puesto que los precios de la mercancía china que ha llegado a los locales nuevos, es muy económica, haciendo que los clientes habituales de los ropavejeros decidan invertir en ropa nueva y no en una de segunda mano.

 

DISCUSIÓN Y CONCLUSIÓN

El artículo nos permite dar cuenta de la actividad de los ropavejeros como práctica cultural desde la mirada etnocultural y educativa del contexto que en este caso es la Plaza España, de la cual debemos preguntarnos: ¿por qué está deteriorado su ambiente y ecología urbanística?, ¿cuáles son las principales causas de su deprimido aspecto estético y un aparente abandono institucional?, esto nos permite establecer otro tipo de juicios de valor, que no estén mediado por prejuicios distantes de la realidad, y nos dan la libertad de conocer y resignificar estos espacios a través de la dignidad de las personas que lo vivieron en su esplendor, que viven del espacio y trabajan en él, de quienes aman a la Plaza España y de apropian de sus espacios locales porque son parte de sus vidas, como estas actividades de tipo comercial (Aleph, 2014).

Por medio de la historia de la Plaza España podemos descubrir características de los ropavejeros, por medio de la historia de su práctica podemos encontrar el valor social y cultural del oficio de vender ropa de segunda, por medio de la historia de la ropa, del recorrido largo que hacen las prendas de vestir podemos determinar elementos de la evolución del sector de la Plaza España. La mayoría de los ropavejeros consideran que su práctica no es valorada socialmente principalmente porque, son tratados por otras personas de forma despectiva o los discriminan por su oficio, en este sentido, es importante trabajar en romper con los prejuicios sociales que pueden estar asociados a su práctica, resaltando los aspectos positivos y la contribución social y ecológica que realizan.

Existe un reconocimiento de la práctica como tal sino que también en conjunto con la administración de la Plaza España construyan, un plan de preservación, siendo un plan de importancia puesto que si se llegara a reconocerse como práctica cultural se pueden tomar acciones de protección, de reestructuración en cuanto al oficio, de apoyo incluso de que haya procesos de remodelación urbana, al tener esta categoría ellos no pueden ser desplazados de los lugares de trabajo, es decir, nosotros en las últimas décadas como localidad vamos a sufrir un problema muy profundo de renovación urbana, y la idea es que la alcaldía local de Mártires con esta situación de las prácticas culturales y su resurgimiento no desaparezcan.

La cultura que se ha tejido alrededor del comercio de la ropa usada, tiene raíces asentadas en la misma historia universal de la humanidad, en el caso colombiano a nivel general y el bogotano a nivel particular, existen diferentes características que dan cuenta de una tradición que está arraigada en una comunidad, y que tiene un reconocimiento social, en el que se tienen en cuenta los referentes culturales, artísticos, económicos y geográficos.

Mantener las tradiciones locales y culturales de la comunidad de los ropavejeros, es un deber de la sociedad en general y de las administraciones gubernamentales en particular, es una forma de proteger los ejercicios de resistencia y de memoria que se materializan en la forma como se ejerce la práctica tradicionalmente, finalmente agradecimientos el grupo de investigación ALEPH integrado por Luis Ernesto Corredor Portilla, Katherine Alvarado Contreras, Luís Carlos Montenegro Almeida y Ángela María Botero Sierra, por permitir difundir la labor recolectada con el colectivo de ropavejeros e ilustrar desde mi punto de vista como una práctica cultural de actividad netamente comercial y económica, para familias de bajo nivel, permitiendo proyectar y generar un ingreso útil para sus hogares.

Referencias Bibliográficas

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