Pantalla en blanco
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Resumen
Son las cinco de la tarde y no puedo escribir nada. He estado sentada mirando a la pantalla de mi computador por unas… ¿Siete, ocho, nueve horas? Y nada. Cero.
Cerebro en blanco. Y aunque nunca es fácil hacer que las palabras fluyan, hoy es especialmente difícil. Es como si todas las letras en mi cabeza se hubieran escapado por un oído anoche y de un momento a otro me hubiera quedado muda. Y sé que algo debo escribir porque, bueno, por algo mi primer impulso el día de hoy fue sentarme frente a la pantalla a ver qué surgía. Nada. Nada. Nada. ¡Agh! Maldita sea, se supone que esto no es tan complicado.
Cerebro en blanco. Y aunque nunca es fácil hacer que las palabras fluyan, hoy es especialmente difícil. Es como si todas las letras en mi cabeza se hubieran escapado por un oído anoche y de un momento a otro me hubiera quedado muda. Y sé que algo debo escribir porque, bueno, por algo mi primer impulso el día de hoy fue sentarme frente a la pantalla a ver qué surgía. Nada. Nada. Nada. ¡Agh! Maldita sea, se supone que esto no es tan complicado.
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Sección
Cuentos