Abstract
Algunos artistas no gozan de la popularidad que merecerían si se apreciaran por la valía de su obra. Tal es el caso de Leo Matiz, nacido en Aracataca, territorio singular del planeta ubicado en el departamento del Magdalena, al norte del Caribe colombiano, en pleno clima tropical. Un lugar vital que inspiró al realismo mágico, movimiento de las letras y las artes plásticas surgido a mitad del siglo XX y cuyos integrantes se interesaron por mostrar esas escenas irreales, exageradas o extrañas como algo cotidiano y común. Dicho propósito le valió a Gabriel García Márquez, con su Macondo, lograr un lugar honroso al ganar el Premio Nobel de Literatura, y nos da motivo a nosotros para reconocer a esa Aracataca de la geografía olvidada, ennoblecida por la imaginación.Downloads
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