Resumen
La mayor vocación de la fotografía es explicar el hombre al hombre, escribe Susan Sontag, en su ensayo de 1977, Sobre la fotografía, en donde relaciona la cámara (máquinas que cifran fantasías y crean adicción) con la literatura. La obra fotográfica de Linda Esperanza Aragón (Barranquilla, Colombia, 1995) lanza redes en mares literarios; sus retratos me remiten a Menen (1972), quien concibe a la mujer como un microcosmos cuya culminación espiritual resulta de la multiplicación del ser:Dio ella un paso, retirándose alarmada del espejo. Simultáneamente, una infinita sucesión de imágenes de mujeres en un todo iguales a ella, dieron también un paso para retirarse a sus espejos. Abrió los ojos desmesuradamente, y aquél millón de mujeres abrieron dos millones de ojos desmesuradamente, formadas en una línea recta en perspectiva que llegaba al infinito. (p. 67– 68)Descargas
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